Evangelio
Cuando se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba mucha gente, preguntó qué sucedía. Le respondieron que pasaba Jesús de Nazaret. ciego se puso a gritar: “¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!” Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: “¡Hijo de David, ten compasión de mí!” Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo a su lado, le preguntó: “¿Qué quieres que haga por ti?”. “Señor, que yo vea otra vez”.
Y Jesús le dijo: “Recupera la vista, tu fe te ha salvado”. En el mismo momento, el ciego recuperó la vista y siguió a Jesús, glorificando a Dios. Al ver esto, todo el pueblo alababa a Dios.
San Lucas 18, 35-43
Audio con reflexión del evangelio p. Germán Saksonoff co.
Reflexión del Evangelio
Pbro. lic. Mauro Carlorosi, co.
El corazón que llega a “gritar por compasión”, “gritar pidiendo Misericordia a Dios”, ha comprendido el Corazón de Dios, y será siempre escuchado. Tantos hombres que podían verlo a Jesús con los ojos pero no comprendían lo que Él buscaba. Y sí lo comprendió un ciego, pobre e inválido, que sabía ver lo importante y gritar con la voz de la humildad pidiendo compasión a Aquel que, sabía, era Misericordioso.
Propósito del día
Trataré de estar atento a las necesidades de quienes me rodean.
Santos del día
San Edmundo, rey y mártir
Comenzó a gobernar sobre los anglos del Este a los 15 años de edad, en el 855. Fue hecho prisionero de los daneses, quienes le pidieron que abandonase su religión a lo que se negó resueltamente. Fue asaeteado hasta que su cuerpo pareció un erizo y, por último, le cortaron la cabeza, en el 870.
NR: En la torre real de Hunstanton, aprendió los Salmos de memoria y los recitaba frecuentemente.
Liturgia del día
Presentación de la bienaventurada Virgen María. Memoria obligatoria. Blanco/Lecturas: 2Mac 6, 18-31/ Sal 3, 2-8b
Reflexión para las tres de la tarde
Una piadosa mujer enjuga el rostro de Jesús. Nuestros pecados fueron la causa de la Pasión: de aquella tortura que deformaba el semblante amabilísimo de Jesús. Y son también nuestras miserias las que ahora nos impiden contemplarlo, y nos presentan opaca y contrahecha su figura.
Medianera de todas las gracias
De los escritos de los santos
“Siempre que tengamos que pedir una gracia a Dios, dirijámonos a la Virgen Santa, y con seguridad seremos escuchados”. San Juan María Vianney
“Por razón de esta sociedad de dolores y de angustias entre la Madre y el Hijo, se ha concedido a la augusta Virgen que sea poderosísima mediadora y conciliadora de todo el orbe ante su Unigénito Hijo.” San Pío X
“Este es el proceso en la distribución de las gracias divinas: de Dios fluyen a Cristo, y de Cristo a su Madre; y de ella a toda la Iglesia. No vacilo, por ello, en decir que ha recibido jurisdicción sobre las gracias que se administran por sus manos”. San Bernardino de Siena
“Verdaderamente ‘eres bendita entre las mujeres’, porque has mudado en bendición la maldición recaída sobre Eva, porque has hecho que por Ti fuese bendito Adán, el cual antes yacía bajo el peso del anatema. Verdaderamente eres bendita entre las mujeres, porque por tu mediación, la bendición del Padre celestial brilló sobre los hombres y
los libró de la antigua maldición.” San Sofronio de Jerusalén
“Asociada por un vínculo estrecho e indisoluble a los misterios de la Encarnación y de la Redención…; creemos que la Santísima Madre de Dios, nueva Eva, Madre de la Iglesia, continúa en el Cielo su misión maternal para con los miembros de Cristo, cooperando al nacimiento y al desarrollo de la vida divina en las almas de los redimidos.” Credo de san Pablo VI
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Jesús, en Vos confío
