Evangelio
Levantado los ojos, Jesús vio a unos ricos que ponían sus ofrendas en el tesoro del Templo. Vio también a una viuda de condición muy humilde, que ponía dos pequeñas monedas de cobre, y dijo: “Les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que nadie. Porque todos los demás dieron como ofrenda algo de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que tenía para vivir”.
San Lucas 21, 1-4
Audio con reflexión del evangelio p. Germán Saksonoff co.
Reflexión del Evangelio
Pbro. lic. Mauro Carlorosi, co.
No importa la carencia de bienes materiales, importa que seamos capaces de “darlo todo”. Eso es lo más duro. Porque Dios, en su gran riqueza se hizo pobre, se hizo hombre, se dejó matar y en la muerte más grosera como la de la cruz. Se hizo nada, porque lo dio todo. Y encontró un “alma gemela” en aquella viuda, y ahora espera lo mismo de ti.
Propósito del día
Buscaré empezar a comer sano y a cuidar mi cuerpo teniendo en cuenta que es templo del Espíritu Santo.
Santos del día
La Medalla Milagrosa
Llamada originalmente: “Medalla de la Inmaculada Concepción”, al expandirse la devoción y por tantos milagros concedidos a través de ella, se la llamó popularmente “la Medalla Milagrosa”. Santa Catalina Labouré fue quien recibió las palabras de la Virgen y la visión que debía imprimir en la medalla. Hizo acuñar la medalla con la Virgen despidiendo rayos de luz de sus manos y pisando la cabeza de un dragón, que representa al demonio. Alrededor se lee: “Oh, María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Vos”.
No importa la carencia de bienes materiales, importa que seamos capaces de “darlo todo”. Eso es lo más duro. Porque Dios, en su gran riqueza se hizo pobre, se hizo hombre, se dejó matar y en la muerte más grosera como la de la cruz. Se hizo nada, porque lo dio todo. Y encontró un “alma gemela” en aquella viuda, y ahora espera lo mismo de ti.
Liturgia del día
Feria. Verde.
Lecturas: Dn 1, 1-6.8-20/ Sal Dn 3, 52-56
Reflexión para las tres de la tarde
Jesús es despojado de sus vestiduras. Es el expolio, el despojo, la pobreza más absoluta. Nada ha quedado al Señor, sino un madero de dolor.
Me entrego todo a Ti
Oración de consagración a la Virgen de la Medalla Milagrosa
Postrado ante tu acatamiento, ¡oh Virgen de la Medalla Milagrosa!, y después de saludarte en el augusto misterio de tu Concepción sin mancha, te elijo, desde ahora para siempre, por mi Madre, Abogada, Reina y Señora de todas mis acciones y Protectora ante la Majestad de Dios. Me entrego totalmente a Ti, para que realices en mí el designio que
Dios pensó para mi vida y que sólo Tú puedes llevar a cabo con la gracia del Espíritu Santo. Yo te prometo, Virgen Purísima, no olvidar jamás, ni tu culto ni los intereses de tu gloria, a la vez que te prometo también promover
en los que me rodean tu amor. Recíbeme, Madre tierna, desde este momento y sé para mí el refugio en esta vida y el
sostén a la hora de la muerte. Amén.
“¡Oh María, sin pecado concebida! ¡Ruega
por nosotros que recurrimos a Vos!”.
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Jesús, en Vos confío
