Evangelio
Jesús dijo a sus discípulos: Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados. No hagan como ellos, porque el Padre que está en el Cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de
que se lo pidan. Ustedes oren de esta manera:
Padre nuestro, que estás en el Cielo,
santificado sea tu Nombre,
que venga tu Reino,
que se haga tu voluntad en la tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido.
No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal.
Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el Cielo también los perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.
San Mateo 6, 7-15
Audio con reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
Reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
El Padrenuestro es un don de Dios que nos introduce en su Vida Trinitaria. Nuestro Señor nos enseña a dejarnos hacer por El, a permitir que el Espíritu Santo clame “Abbá” dentro nuestro, elevándonos así al Padre. No se trata de una simple recitación sino de amar a Dios y querer vivir como hijos suyos, querer entrar en ese amor y diálogo trinitario que nos fue concedido en el Bautismo. Seamos hijos, amémoslo como Padre, pero siempre en Cristo por el Espíritu Santo.
Propósito del día
Me mantendré al margen de murmuraciones y discusiones inconducentes.
Santos del día: beata Julia Rodzinska, virgen y mártir
Nació en Polonia en 1899, y al quedar huérfana fue acogida en las Hermanas de Santo Domingo, donde profesó como religiosa. En la guerra la llevaron a un campo de concentración donde enfermó gravemente al asistir a las presas enfermas.
Murió en 1945.
NR: Era llamada “la apóstol del Rosario”
Liturgia del día
Feria. Morado.
Lecturas: Is 55, 10-11/ Sal 33, 4-7.16-19
Reflexión para las tres de la tarde
Jesús es crucificado. En horas de esas nubes que ennegrecen el cielo lloverá su perdón. Su rostro refleja verdaderamente lo que anunciaba el profeta Isaías: “despreciado, desecho de los hombres, varón de dolores, conocedor de todos los quebrantos”.
Nuestro permanente auxiliador. Himno al Angel de la Guarda
Angel de mi guarda, quiero agradecerte
tu amable cuidado y ayuda solícita;
no me desampares, por favor, te pido
hasta que la muerte me venga a buscar.
Mi súplica humilde presenta al Señor,
conduce mis pasos por buenos caminos,
sabes que soy débil; tenme compasión,
y cuando combato, sostén mi valor.
Hazme compañía en todo momento,
vence con tu fuerza a mis enemigos,
para que vivamos unidos por siempre
cuando llegue el día de la eternidad.
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Jesús, en Vos confío
