Evangelio
María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús.
Ellos le dijeron: “Mujer, ¿por qué lloras?” María respondió: “Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto”. Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció.
Jesús le preguntó: “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?” Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: “Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo”. Jesús le dijo: “¡María!” Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: “¡Raboní!”, es decir, “¡Maestro!”
Jesús le dijo: “No me toques, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: ‘Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes’”.
María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que El le había dicho esas palabras.
San Juan 20, 11-18
Audio con reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
Reflexión del evangelio Pbro. lic. Mauro Carlorosi, co.
Los Angeles se aparecen ahora vestidos de blanco, como el Señor resucitado, como los primeros cristianos al bautizarse. Y aquí comienza a “revestir del color blanco” de su Resurrección a todos los hombres. Primero con María Magdalena, mostrándole que El debe subir al Padre y nosotros con El. Que ahora podemos llegar a Dios Padre, con la pureza de El. Y para esto, vestirnos de la Resurrección de Cristo es menester.
Propósito del día
Difundiré a tres personas las promesas y gracias de la Fiesta de la Divina Misericordia.
Santos del día: beato Guillermo Apor, obispo y mártir
Originario de Hungría, nació en 1892 y, siendo obispo de Gyor, en plena guerra abrió su casa a unos 300 prófugos.
Por defender a unas jóvenes de manos de los soldados, un Viernes Santo fue herido, y murió tres días después, en 1045.
Liturgia del día
De la Octava de Pascua. Blanco.
Lecturas: Hech 2, 36-41/ Sal 32, 4-5.18-20.22
Reflexión para las tres de la tarde
Una cruz fuerte, y por eso pesada, suficientemente fuerte para soportarlo cuando llegue al Calvario, es puesta sobre sus hombros lastimados. El la recibe noble y mansamente, más aún, con alegría de corazón: es la salvación de la humanidad.
Hacia la Fiesta de la Misericordia
Palabras del Señor a santa Faustina Kowalska
El Señor anhela que todas las almas se beneficien de las gracias, del mar de gracias, que El quiere derramar ese día, que es fruto de su Resurrección. Llevemos muchas almas a participar aquél día:
“Hija mía, mira hacia el abismo de mi Misericordia y rinde honor y gloria a esta Misericordia mía, y hazlo de este modo: Reúne a todos los pecadores del mundo entero y sumérgelos en el abismo de mi Misericordia. Deseo darme a las almas, deseo las almas, hija mía. El día de mi Fiesta, la Fiesta de la Misericordia, recorrerás el mundo entero y traerás a las almas desfallecidas a la fuente de mi Misericordia. Yo las sanaré y las fortificaré” (D-206).
“Pide a mi siervo fiel que en aquel día hable al mundo entero de mi gran Misericordia; que quien se acerque ese día a la Fuente de Vida, recibirá el perdón total de las culpas y de las penas. La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a mi Misericordia. Oh, cuánto me hiere la desconfianza del alma.” (D-300).
“Deseo conceder el perdón total a las almas que se acerquen a la Confesión y reciban la Santa Comunión el día de la Fiesta de mi Misericordia” (D-1109).
Habla al Mundo es un servicio de difusión de la Divina Misericordia que brinda espiritualidad, formación y capacita Apóstoles de la Divina Misericordia.
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Jesús, en Vos confío
