InicioQué es la Divina MisericordiaFaustina: "Cómo se hace una santa"

Faustina: «Cómo se hace una santa»

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Nuestra santa expresó por escrito su sumisión a la Voluntad de Dios,
en especial con respecto al cumplimiento del papel que El le había asignado.

1326- Hoy empezamos los ejercicios espirituales de ocho días.
Oh Jesús, Maestro mío, ayúdame que haga estos santos ejercicios con el máximo fervor.
Que tu Espíritu, oh Dios, me guíe al profundo conocimiento de Ti, Señor, y al total conocimiento de mí misma, ya que tanto más Te amo cuanto más Te conozco. Tanto más me despreciaré a mí misma cuanto más conoceré mi miseria. Sé que Tú, Señor, no me negarás Tu ayuda.
Deseo salir santa de estos ejercicios espirituales, aunque no lo noten los ojos de los hombres ni tampoco la mirada de las superioras. Me someto toda a la acción de tu gracia, se cumpla completamente en mí tu voluntad, Señor.

1333- Un profundo silencio inunda mi alma, ni una sola nubecita me tapa el sol, me expongo completamente a los rayos de este Sol para que su amor realice en mí un cambio total. Quiero salir santa de estos ejercicios espirituales a pesar de todo, es decir, a pesar de mi miseria. Quiero volverme santa y confío en que la Divina Misericordia puede hacer una santa de la miseria que soy, porque después de todo tengo buena voluntad. A pesar de todos los fracasos quiero luchar como un alma santa y quiero comportarme como un alma santa. No me desanimará nada como no se desanima un alma santa.
Quiero vivir y morir como un alma santa, contemplándote, Jesús tendido en la cruz, como un modelo para seguir. He buscado ejemplos alrededor de mí y no he encontrado suficientes y he notado como si mi santidad se retrasara; pero a partir de ahora he clavado mi mirada en Ti, oh Cristo, que eres mi mejor guía. Confío que bendecirás mis esfuerzos.

1361- “Me es sumamente agradable este decidido propósito tuyo de hacerte santa. Bendigo tus esfuerzos y te daré la oportunidad de santificarte. Sé atenta para que no se te escape ninguna oportunidad que mi Providencia te dará para santificarte.
Si no logras aprovechar una oportunidad dada no pierdas la calma sino que humíllate profundamente ante Mi y sumérgete toda con gran confianza en mi Misericordia y así ganarás más de lo que has perdido, porque a un alma humilde se da con más
generosidad, más de lo que ella misma pida…

1363- De estos ejercicios espirituales salgo totalmente transformada por el amor de Dios. Mi alma inicia seriamente y con bizarría una nueva vida aunque por fuera esta vida no cambie nada y nadie lo perciba; sin embargo el amor puro es el guía de mi vida y su fruto exterior es la misericordia. Siento que estoy toda penetrada por Dios y con este Dios camino por la vida cotidiana, gris, fatigosa y penosa, confiando que Aquel a quien siento en mi corazón transformará esta monotonía en mi santidad personal.

1364- En un recogimiento profundo, junto a tu Corazón misericordioso, durante estos ejercicios espirituales madura mi alma. En los rayos puros de tu amor mi alma ha cambiado su amargura transformándose en un fruto dulce y maduro; ahora puedo ser plenamente útil a la Iglesia con mi santidad personal que dará latidos de vida en toda la Iglesia, puesto que todos formamos un mismo organismo en Jesús. Por eso me empeño en que la tierra de mi corazón produzca buenos frutos aunque el ojo humano, quizá, no los perciba; sin embargo llegará un día en que se podrá ver que muchas almas se han alimentado y se alimentarán de este fruto.

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Jesús, en Vos confío

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