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Evangelio del día y la Divina Misericordia: 4 de abril de 2024

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Evangelio

Los discípulos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó: “¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy Yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que Yo tengo”.
Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: “¿Tienen aquí algo para comer?” Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; El lo tomó y lo comió delante de todos.
Después les dijo: “Cuando todavía estaba con ustedes, Yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de Mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos”. Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió: “Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto”.
San Lucas 24, 35-48

Audio con reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.

 

Reflexión del evangelio Pbro. lic. Mauro Carlorosi, co.

“La paz esté con ustedes” dice el Señor resucitado a los discípulos. Frase tan común hoy como antes entre cristianos, judíos y musulmanes. Frase que es una profecía que solamente se ha cumplido con la Resurrección de Cristo y en quienes la aceptan. Antes, sin Cristo, no había paz con Dios, no había perdón de los pecados ni reconciliación. Sólo la Sangre derramada por el “Cordero de Dios” nos trajo el perdón y la paz para decirnos con verdad “la Paz esté con ustedes”.

Propósito del día

Procuraré confesarme hoy, o antes de la Fiesta de la Misericordia,
para obtener todas las gracias de ese día y la indulgencia plenaria.

Santos del día: san Benito de Palermo

De padres africanos y esclavos cristianos, nació en una región de Sicilia, Italia, y guiaba los rebaños de su amo en los campos. Cuando obtuvo su libertad se fue a vivir como ermitaño en el Monte Pellegrino. Luego ingresó en los Franciscanos de Palermo, donde fue, cocinero, guardián y maestro de novicios.
Murió en 1689.

Liturgia del día

De la Octava de Pascua. Blanco.
Lecturas: Hech 3, 11-26/ Sal 8, 2a.5-9

Reflexión para las tres de la tarde

Jesús, siguió caminando con la pesada Cruz sobre los hombros a pesar de estar herido por su caída. Estaba encorvado hacia abajo. Pero en cierto lugar, al mirar hacia arriba, ve a su Madre. Por un instante se vieron mutuamente.

Para toda la Iglesia
Fiesta de la Divina Misericordia

La Fiesta de la Misericordia se celebra el segundo domingo de Pascua, que se conoce como el Domingo de la Divina Misericordia. La misma fue pedida por Nuestro Señor Jesucristo a santa Faustina Kowalska (Polonia, 1905-1938), y fue instituida oficialmente para toda la Iglesia por el papa san Juan Pablo II en el año 2000.

El Señor dijo a la santa: “Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia. Quiero que esta imagen que pintarás con el pincel, sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia” (D-49).

Jesús mismo explicó a santa Faustina el motivo por el cual establece esta fiesta: “Las almas mueren a pesar de mi amarga Pasión. Les ofrezco la última tabla de salvación, es decir, la Fiesta de la Misericordia” (D-965).

Además de las gracias extraordinarias prometidas por el Señor, nos concede el don de la indulgencia plenaria. Este don fue confirmado por la Penitenciaría Apostólica mediante decreto del 29 de junio de 2002.

Para recibir las gracias de la Fiesta, la Confesión puede ser realizada en los ocho días anteriores mientras que la Comunión debe recibirse el mismo día de la Fiesta. Además, la Comunión tiene que ser digna: en estado de gracia, observando el ayuno eucarístico y con la debida preparación espiritual y vestidos apropiadamente. Si una persona está en gracia para el día de la Fiesta, puede confesarse hasta ocho días después.

Habla al Mundo es un servicio de difusión de la Divina Misericordia que brinda espiritualidad, formación y capacita Apóstoles de la Divina Misericordia.

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Jesús, en Vos confío

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