La Misericordia de Dios nos prepara para su última Venida.
429- En un momento, cuando me di cuenta de los grandes designios de Dios respecto a mi, me asusté de su grandeza y me sentí completamente incapaz de cumplirlos y empecé a evitar interiormente las conversaciones con El, y sustituía ese tiempo con la oración oral. Lo hacía de humildad, pero pronto conocí que no era una verdadera humildad, sino una gran tentación de Satanás. Una vez, cuando en lugar de la oración interior comencé a leer un libro espiritual, oí en el alma estas palabras, explícitas y fuertes: “Preparás al mundo para mi Ultima Venida”. Estas palabras me conmovieron profundamente y aunque fingía como si no las hubiera oído, no obstante las comprendí bien y no tenía ninguna duda al respecto. Una vez, cansada de esta lucha de amor con Dios y de excusarme constantemente de ser incapaz de cumplir esta obra, quise salir de la capilla, pero alguna fuerza me detuvo, me sentía inmovilizada. Entonces oí estas palabras: “Piensas salir de la capilla, pero no saldrás de Mí, porque estoy en todas partes; tú sola no podrás hacer nada por ti misma, pero Conmigo puedes todo”.
848- Mientras rezaba la coronilla, de repente, oí una voz: “Oh, qué gracias más grandes concederé a las almas que recen esta coronilla; las entrañas de mi Misericordia se enternecen por quienes rezan esta coronilla. Anota estas palabras, hija mía, habla al mundo de mi Misericordia para que toda la humanidad conozca mi infinita Misericordia. Es una señal de los últimos tiempos, después de ella vendrá el Día de la Justicia. Todavía queda tiempo, que recurran, pues, a la Fuente de mi Misericordia, se beneficien de la Sangre y del Agua que brotó para ellos”. Oh almas humanas, ¿dónde encontrarán refugio el Día de la Ira de Dios? Refúgiense ahora en la Fuente de la Divina Misericordia. Oh, qué gran número de almas veo que han adorado la Divina Misericordia y cantarán el himno de gloria por la eternidad.
635- Durante la meditación matutina me envolvió la presencia de Dios de modo singular […]. Entonces vi a la Santísima Virgen que me dijo: ‘Oh, cuán agradable es para Dios el alma que sigue fielmente la inspiración de su gracia. Yo di al mundo el Salvador y tú debes hablar al mundo de su gran Misericordia y preparar al mundo para su Segunda Venida. El vendrá, no como Salvador Misericordioso, sino como Juez Justo. Oh, qué terrible es ese Día. Ya está establecido, es el Día de la Justicia, el Día de la Ira Divina. Los ángeles tiemblan ante ese Día. Habla a las almas de esa gran Misericordia, mientras sea aun el tiempo para conceder la Misericordia. Si ahora tú callas, en aquel Día tremendo responderás por un gran número de almas. No tengas miedo de nada, permanece fiel hasta el fin, yo te acompaño con mis sentimientos’.
Habla al Mundo es un servicio de difusión de la Divina Misericordia que brinda espiritualidad, formación y capacita Apóstoles de la Divina Misericordia.
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Jesús, en Vos confío