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Evangelio de hoy y la Divina Misericordia: 20 de mayo de 2024

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Evangelio

En aquel tiempo, cuando Jesús y los tres discípulos bajaron de la montaña, al llegar adonde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor, y a unos escribas discutiendo con ellos. Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo. El les preguntó: “¿De qué discutís?” Uno le contestó: “Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no le deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo echen, y no han sido capaces”. El les contestó: “¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo”. Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; cayó por tierra y se revolcaba, echando espumarajos. Jesús preguntó al padre: “¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?” Contestó él: “Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua, para acabar con él. Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos”. Jesús replicó: “¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe”. Entonces el padre del muchacho gritó: “Tengo fe, pero dudo; ayúdame”.
Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo: “Espíritu mudo y sordo, Yo te lo mando: Vete y no vuelvas a entrar en él”. Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se quedó como un cadáver, de modo que la multitud decía que estaba muerto. Pero Jesús lo levantó, tomándolo de la mano, y el niño se puso en pie.
Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: “¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?” El les respondió: “Esta especie sólo puede salir con oración”.
San Marcos 9, 14-29

Audio con reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.

 

Reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.

Al Señor le es insoportable lo que hoy consideremos un derecho: “yo no siento a Dios”, “yo no siento que haya Infierno”, etc. Muchos creen que tienen derecho a dudar y ser tibios, mediocres… ¡No! ¡Es un engaño y triunfo del demonio! ¡Al contrario! ¡tenemos derecho a creer, a salvarnos, a vivir sólo en la verdad! ¡Basta de espiritualidades decadentes! Todo se permite, menos buscar la santidad. Ninguno de estos criterios busca adorar más a Dios o ser más santos. Sólo se inventan para buscar la comodidad e intereses mundanos.

Propósito del día

Ofreceré dos sacrificios a María Madre de la Iglesia para que la
Iglesia muestre a Cristo Resucitado y no hable tanto de valores.

Santos del día: María, Madre de la Iglesia 

El lunes siguiente al domingo de Pentecostés, la Iglesia celebra la memoria de la “Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia”. Se trata de una excelente ocasión para profundizar en una dimensión muy importante de nuestra fe: la Iglesia que Cristo fundó está ligada íntimamente a su Madre y al papel que Ella desempeña en el plan salvífico de Dios. María vela por cada uno de sus hijos con amor maternal, los protege de las insidias del maligno y los acompaña durante su peregrinar por esta tierra.

Liturgia del día

Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia. Memoria
obligatoria. Blanco / Lecturas: Sant 3, 13-18/ Sal 18, 8-10.15/
Tercera semana para el Salterio.

Reflexión para las tres de la tarde

En la agonía, El Salvador hizo más fervorosa y larga su oración. Se violentó a sí mismo con tanta fuerza para obedecer a Dios, que algunas venas se rompieron y salieron a través de los poros de la piel gotas de Sangre que corrían hasta el suelo.

Contigo clamamos al Espíritu Santo
Himno a María Madre de la Iglesia

Estaban reunidos
con María,
la Madre de Jesús,
la Madre de la Iglesia
que nacía brotando
de la Cruz.
Y descendió el
Espíritu aquel día,
con su fuerza, con su luz.

Reina de los Apóstoles,
unánimes contigo,
clamamos con fervor:
“Ven, Espíritu Santo,
e infúndenos tu amor”.

Por obra del Espíritu
engendraste
a Cristo Salvador.
y fuerte en el Espíritu
ayudaste
a Cristo Redentor.
A la naciente Iglesia
la abrigaste
con ternura, con amor.

La Iglesia con María
peregrina,
velando en oración,
al soplo del Espíritu
camina
haciendo comunión.
El es la fuerza
y juventud divina
que mueve su corazón.
Amén.

Habla al Mundo es un servicio de difusión de la Divina Misericordia que brinda espiritualidad, formación y capacita Apóstoles de la Divina Misericordia.

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Jesús, en Vos confío

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