Aníbal María Di Francia nació en Messina el 5 de julio de 1851 de familia noble. Desde pequeño desarrolló un grande amor hacia la Eucaristía, tanto que recibió el permiso, excepcional para aquellos tiempos, de acercarse cotidianamente a la Santa Comunión. Jovencísimo, delante del Santísimo Sacramento solemnemente expuesto, recibió lo que se puede definir «inteligencia del Rogate»: es decir, descubrió la necesidad de la oración por las vocaciones, a lo que dedicó toda su existencia.
Terminados los estudios, el 16 de marzo de 1878 fue ordenado sacerdote.
En 1882 dio inicio a sus orfanatos, que fueron llamados antonianos porque fueron puestos bajo la protección de San Antonio de Padua.
Fundó dos familias religiosas: en 1887 la Congregación de las Hijas del Divino Celo y diez años después la Congregación de los Rogacionistas.
Quiso que los miembros de los dos Institutos, aprobados canónicamente el 6 de agosto de 1926, se comprometieran a vivir el Rogate con un cuarto voto.
Grande fue el amor que tuvo por el sacerdocio, convencido que sólo mediante la obra de los sacerdotes numerosos y santos es posible salvar a la humanidad. Las Congregaciones fundadas por él están hoy presentes en los cinco Continentes.
El 7 de octubre de 1990, el Papa Juan Pablo II, proclamó a Anibal Di Francia beato y al día siguiente lo definió: “Auténtico precursor y celoso maestro de la moderna pastoral vocacional”.
La canonización fue el 16 de mayo de 2004.
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Jesús, en Vos confío
