InicioQué es la Divina MisericordiaLa Difusión de la Devoción a la Divina Misericordia

La Difusión de la Devoción a la Divina Misericordia

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Esta forma exterior de culto a la Divina Misericordia consiste en la propagación del mismo. El Señor escoge a sor Faustina como secretaria y apóstol de la Divina Misericordia, y le hace saber que su papel será apenas el de una chispa que encenderá un gran fuego, fuego que abrasará los corazones de una gran parte de la humanidad. Para esta tarea es precisamente para la cual el Señor necesita a los apóstoles de la Divina Misericordia.

La difusión del culto adquiere tanta importancia en el Diario que, de por sí, llega a ser considerada como una forma de dar culto a la Misericordia Divina[1]. Es así también porque la dedicación a esta tarea exige de una manera intrínseca la aplicación de las dos virtudes fundamentales del culto: la confianza en Dios y la misericordia para con el prójimo (la difusión es en sí misma una obra de misericordia). Esta difusión exige la confianza porque al ver la limitación de los medios propios, así como la hostilidad de las sociedades contemporáneas hacia los mensajes religiosos, el apóstol de la Divina Misericordia no tiene más remedio que entregar plenamente los resultados de su obra difusora a Dios. Y exige la misericordia para con el prójimo porque el ayudar al prójimo a descubrir el inmenso océano de las gracias que puede obtener de la Divina Misericordia es, quizás, una de las maneras más elevadas de practicar la caridad y la misericordia para con los demás.

El Señor pide a sor Faustina difundir, y por medio de ella a todo devoto de la Divina Misericordia que desea dar culto a la Misericordia de Dios: “haz lo que esté en tu poder para difundir la devoción a Mi misericordia. Yo supliré lo que te falta. Dile a la humanidad doliente que se abrace a Mi Corazón misericordioso y Yo la llenaré de paz. Di, hija mía, que soy el Amor y la Misericordia Mismos. Cuando un alma se acerca a Mí con confianza, la colmo con tal abundancia de gracias que ella no puede contenerlas en sí misma, sino que las irradia sobre otras almas” (D. 1074), “A las almas que propagan la devoción a Mi misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre cariñosa a su niño recién nacido y a la hora de la muerte no seré para ellas el Juez, sino el Salvador Misericordioso” (D. 1075), “Todas las almas que adoren Mi misericordia y propaguen la devoción invitando a otras almas a confiar en Mi misericordia no experimentarán terror en la hora de la muerte. Mi misericordia las protegerá en ese último combate” (D. 1540).

A los sacerdotes

El Señor pide ayuda a sus sacerdotes para difundir la Divina Misericordia: “Deseo que los sacerdotes proclamen esta gran misericordia que tengo a las almas pecadoras. Que el pecador no tenga miedo de acercase a Mí” (D. 50), “habla a los sacerdotes de esta inconcebible misericordia Mía. Me queman las llamas de la misericordia, las quiero derramar sobre las almas” (D. 177), “Diles a Mis sacerdotes que los pecadores más empedernidos se ablandarán bajo sus palabras cuando ellos hablen de Mi misericordia insondable, de la compasión que tengo por ellos en Mi Corazón. A los sacerdotes que proclamen y alaben Mi misericordia, les daré una fuerza prodigiosa y ungiré sus palabras y sacudiré los corazones a los cuales hablen” (D. 1521).

Promesas:

Además de las promesas ya señaladas, el Señor afirma: “para los que propaguen mi Misericordia, no seré juez sino Salvador Misericordioso” (D. 1540). El Señor muestra un reconocimiento y un cariño especial para aquellos que divulguen su Divina Misericordia al decir que “los protegeré como una madre protege a su recién nacido” (D. 1075). Además, Dios prometió una gran gracia, especialmente a ti y a todos que proclamen esta gran misericordia Mía. Yo Mismo los defenderé en la hora de la muerte como Mi gloria aunque los pecados de las almas sean negros como la noche” (D. 378)“Con las almas que recurran a Mi misericordia y con las almas que glorifiquen y proclamen Mi gran misericordia a los demás, en la hora de la muerte Me comportaré según Mi infinita misericordia” (D. 379).

(Libro «La Divina Misericordia prepara al mundo», P. Mauro Carlorosi co.)

Habla al Mundo es un servicio de difusión de la Divina Misericordia que brinda espiritualidad, formación y capacita Apóstoles de la Divina Misericordia.

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