Evangelio
Jesús dijo a sus discípulos: “No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban. Acumulen, en cambio, tesoros en el Cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben. Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si el ojo está sano, todo el cuerpo estará iluminado. Pero si el ojo está enfermo, todo el cuerpo estará en tinieblas. Si la luz que hay en ti se oscurece, ¡cuánta oscuridad habrá!”
San Mateo 6, 19-23
Video con reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
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Reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
Atesorar en el Cielo es lo que más paz da al alma. No es una inversión a futuro. No. Es ya para esta vida: nos llena del gozo del Espíritu Santo en medio de las cruces, y nos da la paz que viene de El. No se trata de especulación o de ser buenos comerciantes -espirituales- sino de ojo y mirada pura. Esta mirada u ojo sano, es la del alma que no tiene otros intereses sino el bien eterno del prójimo; no busca sus satisfacciones o bienestar, sino que está en lo importante: la vida eterna.
Propósito del día
Rogaré varias veces al día a san Luis Gonzaga por los jóvenes de mi país y, especialmente, por los de mi familia.
Santos del día: san Juan Rigby
Vivió en Londres en el siglo XVII; siendo anglicano se convirtió al catolicismo y fue arrestado. Lo condenaron a muerte -en el reinado de Isabel I-, porque se había reconciliado con la Iglesia Católica. Fue ahorcado y descuartizado mientras todavía estaba vivo. NR: Fue canonizado por san Pablo VI.
Liturgia del día
San Luis Gonzaga, religioso. Blanco. Memoria obligatoria.
Lecturas: 2 Re 11, 1-4.9-18.20 / Sal 131, 11-14.17-18
Reflexión para las tres de la tarde
Inmediatamente corrió la voz por toda la ciudad de que Jesús había sido condenado a muerte. Y de repente toda la gente se agolpó en las calles para ver pasar a Jesús, muchos lo insultaban, le arrojaban cosas, pero por cada ofensa, Jesús, rogaba por misericordia a su Padre.
Vencedor intacto
Oración de los jóvenes a san Luis Gonzaga
¡Oh san Luis que venciste con tus intactas virtudes! Yo, indigno devoto tuyo, te encomiendo la castidad de mi alma y de mi cuerpo, para que me encomiendes al Cordero Inmaculado, Cristo Jesús, y a su purísima Madre, Virgen de vírgenes, guardándome de todo pecado. No permitas, protector mío, que manche mi alma con la menor impureza; antes bien, cuando me veas en la tentación o peligro de pecar, aleja de mi corazón todos los pensamientos y afectos impuros; despierta en mí la memoria de la eternidad y de Jesús Crucificado; imprime hondamente en mi corazón un profundo sentimiento de temor santo de Dios, y abrásame en su divino amor, para que así, siendo imitador tuyo en la tierra, merezca gozar de Dios en tu compañía en la gloria. Amén.
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Jesús, en Vos confío
