Evangelio
El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”.
María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. Ellos le dijeron: “Mujer, ¿por qué lloras?” María respondió: “Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto”.
Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció. Jesús le preguntó: “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?” Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: “Señor, si Tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo”. Jesús le dijo: “¡María!” Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: “¡Raboní!”, es decir “¡Maestro!” Jesús le dijo: “No me toques, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: ‘Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes’”. María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que El le había dicho esas palabras.
San Juan 20, 1-3.11-18
Video con reflexión del evangelio p. Germán Saksonoff co.
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Reflexión del evangelio p. Germán Saksonoff co.
El amor a Cristo en María Magdalena, hace que vaya sola al sepulcro, cuando todos los demás están escondidos por miedo. Y hace que se quede ahí llorando expuesta a ser maltratada sin sentido. Y es porque no le interesaba nada más que Cristo, no le preocupaba las consecuencias. Por eso mereció ver al Señor antes que los otros.
Luego, no se asombrará ni por los ángeles. Sólo Cristo es su amor y su gozo. ¿Qué hace en nosotros el amor a Cristo? ¿Qué hacemos sólo por El?.
Propósito del día
De santa María Magdalena, aprenderé su amor por Cristo y su descuido de lo que piensen,
digan y hagan los demás, y le suplicaré su auxilio.
Santos del día: beato Agustín de Biella Fangi
Italiano, de la Orden de Predicadores, que prestó servicios en Viglebano y en Venecia. Fue superior de varios conventos, destacándose en el gobierno y restablecimiento de la disciplina donde había decaído. Sus últimos años los pasó enfermo y en recogimiento en el convento de Venecia, donde murió en 1493.
NR: Sus reliquias se encuentran en la iglesia de Santo Tomás de Venecia.
Liturgia del día
Santa María Magdalena. Blanco Fiesta.
Lecturas: Cant 3, 1-4a o bien 2Cor 5, 14-17/ Sal 62, 2-6.8-9
Reflexión para las tres de la tarde
Uno de los ladrones que estaban crucificados junto a El le insultaba, diciéndole: “¿No eres Tú el Cristo? ¡Pues sálvate y sálvanos a nosotros!”. Pero Dimas, el buen ladrón, defendió a Jesús quien ya había obrado con su Misericordia en su corazón.
Ser uno con Cristo
Oración compuesta por san Ignacio de Loyola
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del Costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus Llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame,
y mándame ir a Ti
para que con tus santos te alabe
por los siglos de los siglos. Amén.
Apóstol de los Apóstoles
Himno a santa María Magdalena
Al levantarse la aurora
con la luz pascual de Cristo,
la Iglesia madrugadora
te pregunta: “¿A quién has visto?”
“¿Por qué lloras en el huerto?
¿A quién buscas?” “A mi amado.
Buscando al que estaba muerto,
lo encontré resucitado.
Me quedé sola buscando,
alas me daba el amor,
y, cuando estaba llorando,
vino a mi encuentro el Señor.
Vi a Jesús resucitado,
creí que era el jardinero;
por mi nombre me ha llamado,
no le conocí primero.
El me libró del demonio,
yo le seguí hasta la Cruz,
y dí el primer testimonio
de la Pascua de Jesús.”
Haznos, santa Magdalena,
audaces en el amor,
irradiar la luz serena
de la Pascua del Señor.
Gloria al Padre Omnipotente,
gloria al Hijo Redentor,
gloria al Espíritu Santo:
tres Personas, sólo un Dios.
Amén.
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Jesús, en Vos confío
