El gran amor eucarístico de Clara
Cuidaba mucho la preparación espiritual antes de
comulgar, ayudándose para ello de la confesión.
Santa Clara vivió en Asís, Italia, donde nació en el año 1193. Fue conciudadana, contemporánea y discípula de san Francisco y quiso seguir el camino de austeridad señalado por él a pesar de la durísima oposición familiar. Junto con otras jóvenes fundó la Congregación de las Franciscanas, conocidas luego como Clarisas, en la que siguieron los ejemplos de pobreza de san Francisco de Asís. En la última Nochebuena de su vida, Clara fue protagonista de un prodigioso suceso. Estando gravemente enferma, asistió desde su lecho a la misa que se celebraba a varios kilómetros de distancia. Por ello el papa Pío XII la proclamó patrona universal de la Televisión. Murió el 11 de agosto de 1253. El papa Alejandro IV en 1255, a sólo dos años de su muerte, la proclamó santa.
La Eucaristía ante los sarracenos
En 1241 los sarracenos atacaron la ciudad de Asís. Cuando se acercaban a atacar el convento que está en la falda de la loma, en el exterior de las murallas de Asís, las monjas se fueron a rezar muy asustadas y santa Clara que era extraordinariamente devota al Santísimo Sacramento, tomó en sus manos la custodia con la hostia consagrada y se les enfrentó a los atacantes. Ellos experimentaron en ese momento tan terrible oleada de terror que huyeron despavoridos.
En otra ocasión los enemigos atacaban a la ciudad de Asís y querían destruirla. Santa Clara y sus monjas oraron con fe ante el Santísimo Sacramento y los atacantes se retiraron sin saber por qué.
El milagro de la multiplicación de los panes
Cuando solo tenían un pan para que comieran cincuenta hermanas, santa Clara lo bendijo y, rezando todas un Padre Nuestro, partió el pan y envió la mitad a los hermanos menores y la otra mitad se la repartió a las hermanas.
Aquel pan se multiplicó, dando abasto para que todas comieran; santa Clara dijo: «Aquel que multiplica el pan en la Eucaristía, el gran misterio de fe, ¿acaso le faltará poder para abastecer de pan a sus esposas pobres?»
En una de las visitas del Papa al Convento, dándose las doce del día, santa Clara invita a comer al Santo Padre pero el Papa no accedió. Entonces ella le pide que por favor bendiga los panes para que queden de recuerdo, pero el Papa respondió: «quiero que seas tu la que bendigas estos panes». Santa Clara le dice que sería como un irrespeto muy grande de su parte hacer eso delante del Vicario de Cristo. El Papa, entonces, le ordena bajo el voto de obediencia que haga la señal de la Cruz. Ella bendijo los panes haciéndole la señal de la Cruz y al instante quedó la Cruz impresa sobre todos los panes.
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Jesús en vos confío