Evangelio
Jesús les habló otra vez en parábolas, diciendo: “El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo. Envió entonces a sus servidores para avisar a los invitados, pero estos se negaron a ir. De nuevo envió a otros servidores con el encargo de decir a los invitados: ‘Mi banquete está preparado; ya han sido matados mis terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas’. Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio; y los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron.
Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su ciudad. Luego dijo a sus servidores: ‘El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él. Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren’.
Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados. Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta. ‘Amigo, le dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?’. El otro permaneció en silencio. Entonces el rey dijo a los guardias: ‘Atenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes’. Porque muchos son llamados, pero pocos son elegidos”.
San Mateo 22, 1-14
Video con reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
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Reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
La Augusta Reina de Cielos y tierra es la que prepara las almas para acoger la invitación a las bodas, Ella prepara el banquete y los festejos de su Hijo, que se “desposa” con la Iglesia, con los redimidos por su Sangre.
Acudamos a esta Reina, Ella vence siempre y puede cambiar la sentencia del Rey, porque es la omnipotencia suplicante. Y es Reina porque en Ella reinó siempre Dios, siempre la plenitud de la gracia. No hay virtud que no haya sido vivida por Ella y en toda su plenitud. Confiemos siempre en su tierno y perpetuo amor maternal.
Propósito del día
Honraré a María Reina, tratando de imitarla hoy en algo particular, su silencio, su modestia, su servicio, en todo su amor a Cristo.
Santos del día: santa María Reina
La Iglesia celebra a María que subió en cuerpo y alma al Cielo para ser coronada por su Hijo, Jesús, como Reina y Señora de Cielos y tierra. Desde hace mil años se reza y canta en toda la Iglesia la invocación “Salve Regina”. Pío XII clausuró el Año Mariano Universal, el 11 de octubre de 1954, instituyendo la fiesta litúrgica de María Reina y publicando una Carta Encíclica Fulget corona, sobre el tema.
NR: El Conc. Vaticano II en la Lumen Gentium declaró que “María fue asunta a la gloria celestial y ensalzada por el Señor como Reina Universal”.
Liturgia del día
Bienaventurada Virgen María, Reina. Blanco. Memoria
obligatoria.
Lecturas: Ez 36, 23-28/ Sal 50, 12-15.18-19
Reflexión para las tres de la tarde
Caifás preguntó: “¿Eres Tú el Cristo, el Hijo de Dios?”. Jesús respondió: “Así es. Y me veréis, sentado a la derecha del Poder de Dios, venir sobre las nubes del cielo”. Y un soldado lo golpeó en la boca haciéndola sangrar.
Soberana de toda la Creación
Himno a María Santísima, Reina de Cielos y tierra
Abrumados por el peso de nuestros pecados,
nos acogemos a tu refugio, y ahí, oh, Reina del Cielo,
no desoigas nuestras preces.
Atiende a nuestro canto,
Tú que eres la Puerta del Cielo,
por la que se nos devuelve la esperanza
que Eva, pecando robó.
Y ya que eres Reina nuestra
y Madre del Rey, llena de bondad y dulzura,
consigue para tus siervos una vida santa
y tiempo de reparar.
Cuando Tú pides, pide también contigo
el ejército de los Bienaventurados:
atrae, así, para nosotros, oh María Santísima,
la clemencia del Señor.
Oh Virgen, del mundo Soberana,
no dejes incumplidos los deseos de los fieles,
y tras esta vida —tan frágil—,
condúcenos a la paz verdadera.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
que te embellecieron de gloria,
por encima del Cielo. Amén.
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Jesús, en Vos confío