Evangelio
Jesús enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse: “En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: ‘Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario’.
Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: ‘Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme’.”
Y el Señor dijo: “Oigan lo que dijo este juez injusto. Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a El día y noche, aunque los haga esperar? Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia.
Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?”
San Lucas 18, 1-8
Video con reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
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Reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff, co.
Necesitamos orar sin desanimarnos. El Señor mismo nos lo enseña.
El desánimo nunca es infundido por el Espíritu Santo, sino que es fruto de nuestro ego o de la acción del demonio. El desánimo puede provenir de la falta de fe, del querer inmediatamente lo que pido, del creer que tenemos derecho a recibirlo “ya”, o de la falta de fervor que nos impide perseverar. La perseverancia es fe, es confianza, y es siempre premiada. Infundamos fe en nuestro prójimo, la fe verdadera.
Propósito del día
Realizaré alguna actividad pendiente, ofreciendo el esfuerzo
para gloria de Dios.
Santos del día: santa Gertrudis, virgen
Alemana, dueña de una gran cultura y una profunda unión espiritual con Dios, fue elegida abadesa del monasterio cisterciense de Sajonia. A los 25 años de edad tuvo especiales visiones y revelaciones durante ocho años. Ecribió tres libros sobre la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y sobre la Eucaristía. Murió en 1302.
NR: Es considerada la patrona de los místicos.
Liturgia del día
Feria. Verde/ Memoria libre (Blanco): Santa Margarita
de Escocia; Santa Gertrudis, virgen.
Lecturas: 3 Jn 5-8/ Sal 111, 1-6
Reflexión para las tres de la tarde
El ladrón de la izquierda insulta a Cristo desde la cruz. Sus palabras son todos los insultos de los sacerdotes, judíos y fariseos condensados en una sola boca. Trata a Jesús de loco, niega a Dios y se idolatra a sí mismo. Le grita a Jesús como un endemoniado, pero el Señor sufría con paciencia.
¿Quién nos ama como Tú?
De los escritos de san Germán de Constantinopla
Te alaban todas las generaciones
porque eres gloriosa y bienaventurada,
porque has recibido de tu divino Hijo
maravillas sin cuento y admirables.
¿Quién, después de tu Hijo, se interesa
como Tú por el género humano?
¿Quién como Tú nos protege sin cesar
en nuestras tribulaciones?
¿Quién nos libra con tanta presteza
de las tentaciones que nos asaltan?
¿Quién se esfuerza tanto como Tú
en suplicar por los pecadores?
En virtud de la cercanía y del poder
que por tu maternidad has conseguido
de tu Hijo, aunque seamos condenados
por nuestros crímenes y no osemos ya
mirar hacia las alturas del cielo,
Tú nos salvas -con tus súplicas
e intercesiones- de los suplicios eternos.
Dios te ensalza con honor sobresaliente
y digno de ti, y sin embargo no rechazas
nuestras alabanzas, indignas
y de poca calidad, pero ofrecidas
con nuestro fervor
y nuestro cariño más grande.
¡Oh glorificada por Dios!,
atendiendo al amor
con que te lo decimos, concédenos
el perdón de los pecados,
los goces de la vida eterna
y la liberación de toda culpa.
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Jesús, en Vos confío
