Evangelio
Jesús dijo a la multitud: “¿Con quién puedo comparar a esta generación? Se parece a esos muchachos que, sentados en la plaza, gritan a los otros: ‘¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!’ Porque llegó Juan, que no come ni bebe, y ustedes dicen: ‘¡Ha perdido la cabeza!’ Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’. Pero la Sabiduría ha quedado justificada por sus obras”.
San Mateo 11, 16-19
Video con reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
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Reflexión del evangelio Pbro. lic. Mauro Carlorosi, co.
Aquellos muchachos que son músicos para el pueblo podrían ser hoy los tiempos litúrgicos de la Iglesia. Tiempos destinados cada uno a mover nuestra sensibilidad a objetivos distintos.
Adviento: prepararnos para la Segunda Venida.
Navidad: Dios se hace Niño.
Cuaresma: necesitamos la conversión y la penitencia.
Pascua: Cristo ha resucitado.
Tiempo común: la vida de Cristo en la nuestra.
Preguntémonos, esta “música” ¿no pasa a veces desapercibida para nuestros oídos?
Propósito del día
No me dejaré atrapar por la melancolía y
buscaré realizar alguna actividad edificante.
Santos del día: santa Lucía, virgen y mártir
Hija de padres cristianos, muy piadosos, ilustres y ricos, nació en el 286 en Siracusa, Italia. Al ser descubierta, fue acusada de ser cristiana, y llevada ante el juez. Como no pudo disuadirla, la sometió a diversos tormentos, e incluso la hoguera. De todos ellos, salió indemne. Finalmente fue decapitada en el 304.
NR: Se la invoca como protectora de la vista, ya que le fueron arrancados los ojos.
Liturgia del día
Santa Lucía, virgen y mártir. Rojo. Memoria obligatoria.
Lecturas: Is 48, 17-19 / Sal 1, 1-4.6
Reflexión para las tres de la tarde
Jesús, en el huerto, padece las tentaciones más terribles, sufre los tormentos interiores más insoportables, todos los pecados de la humanidad desde el principio hasta el fin de los tiempos se le presentan, pero El, recogido en su Corazón, clamó: “¡Padre mío!”.
Preparémonos para su Venida
De un sermón de san Carlos Borromeo
“La Iglesia celebra cada año el misterio de este amor tan grande hacia nosotros, exhortándonos a tenerlo siempre presente. A la vez nos enseña que la Venida de Cristo no sólo aprovechó a los que vivían en el tiempo del Salvador, sino que su eficacia continúa, y aún hoy se nos comunica si queremos recibir, mediante la fe y los Sacramentos, la gracia que El nos prometió, y si ordenamos nuestra conducta conforme a sus mandamientos.”
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Jesús, en Vos confío
