Evangelio
Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, y lo siguió mucha gente de Galilea. Al enterarse de lo que hacía, también fue a su encuentro una gran multitud de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la Transjordania y de la región de Tiro y Sidón. Entonces mandó a sus discípulos que le prepararan una barca, para que la muchedumbre no lo apretujara. Porque, como curaba a muchos, todos los que padecían algún mal se arrojaban sobre El para tocarlo. Y los espíritus impuros, apenas lo veían, se tiraban a sus pies, gritando: “¡Tú eres el Hijo de Dios!” Pero Jesús les ordenaba terminantemente que no lo pusieran de manifiesto.
San Marcos 3, 7-12
Video con reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
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Reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
Hubo muchos momentos de multitudes, apretujadas o no, ¿dónde quedaron para el Viernes Santo? Evidenciamos que no alcanza con recibir milagros para ser “fieles”, “religiosos” o decir que creemos en Dios. De hecho, los mismos demonios lo proclaman Dios, pero no por amor a Cristo. Y Dios es Amor y quiere Amor. No basta una vida cristiana llena de valores: sólo si amamos a Cristo por encima de nosotros mismos. Es el primer mandamiento. Amor, sólo amor a El.
Propósito del día
Releeré las frases de este mes sobre la Santísima Madre de Dios,
y tendré presente alguna de ellas durante todo el día.
Santos del día: santa Emerenciana, mártir
Vivió en Roma en el siglo III y era hermana de leche de santa Inés. Dos días después del martirio de Inés, fue a orar en su sepulcro, a pesar del odio contra los cristianos existente; al ser sorprendida, murió apedreada en el 304.
Liturgia del día
Feria. Verde.
Lecturas: Heb 7, 25—8, 6 / Sal 39, 7-10.17
Reflexión para las tres de la tarde
Pilato exclamó: “¡Ecce homo!” “¡He aquí el hombre!”. Y con esas palabras revelaba al pueblo judío la mezcla de dolor y amor más grande reflejada en el pobre Jesús que temblaba de la fiebre y que estaba vuelto una sola llaga.
Dios la ama, nosotros también
De los santos sobre la Madre de Dios
“El Eterno se enamoró de vuestra incomparable hermosura, con tanta fuerza, que se hizo como desprenderse del seno del Padre y escoger esas virginales entrañas para hacerse Hijo vuestro. ¿Y yo, gusanillo de la tierra, no he de amaros? Sí, dulcísima Madre mía, quiero arder en vuestro amor y propongo exhortar a otros a que os amen también.”
San Alfonso M. de Ligorio
“Quiso el Señor caber en el vientre de su Sacratísima Madre. Como es Señor, consigo trae la libertad, y como nos ama hácese a nuestra medida.”
Santa Teresa de Jesús
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Jesús, en Vos confío
