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Evangelio de hoy y la Divina Misericordia: 24 de febrero de 2025

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Evangelio 

En aquel tiempo, cuando Jesús y los tres discípulos bajaron de la montaña, al llegar adonde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor, y a unos escribas discutiendo con ellos. Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo. El les preguntó: “¿De qué discutís?” Uno le contestó: “Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no lo deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo echen, y no han sido capaces”.
El les contestó: “¡Oh, raza incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo”. Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; cayó por tierra y se revolcaba, echando espumarajos. Jesús preguntó al padre: “¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?” Contestó él: “Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua, para acabar con él. Si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos”. Jesús replicó: “¡Si puedo! Todo es posible al que tiene fe”. Entonces el padre del muchacho gritó: “Tengo fe, pero dudo; ayúdame”. Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo: “Espíritu mudo y sordo, Yo te lo mando: Vete y no vuelvas a entrar en él”. Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se quedó como un cadáver, de modo que la multitud decía que estaba muerto. Pero Jesús lo levantó, tomándolo de la mano, y el niño se puso en pie. Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: “¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?” El les respondió: “Esta especie sólo puede salir con la oración y el ayuno”.
San Marcos 9, 14-29

Video con reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co. 

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Reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co. 

La falta de fe es terrible, no es una carencia de un sentimiento positivo, religioso. Ni siquiera está su gravedad en no haber librado antes al pobre niño poseído. Era, aun viendo la acción del demonio, seguir dormidos, no tener conciencia del Infierno, del daño del pecado que él procura siempre en todas las almas.
Esta gravísima y peligrosísima inconciencia, es no saber para qué estamos en esta vida, es ignorar nuestra eternidad.

Propósito del día 

Haré un profundo examen de conciencia para confesarme antes de
comenzar la Cuaresma.

Santos del día: san Modesto, obispo

En el siglo V ocupó la sede episcopal de Tréveris, Alemania, que había sido asolada por los reyes francos Merboco y Quildeberto. Fortalecido por la oración y penitencia sostuvo el ánimo de su pueblo y del clero. Aumentó la fe del pueblo, visitando y evangelizando casa por casa. Murió en el 486.

Liturgia del día 

Feria. Verde.
Lecturas: Eclo 1, 1-10 / Sal 92, 1-2.5

Reflexión para las tres de la tarde 

Jesús tiene la mirada nublada. Despega su espalda toda rasgada de la columna y con una fuerza sobrenatural logra levantarse. Luego un soldado lo reprocha injustamente diciéndole: “Vístete. No es decente estar así. ¡Impúdico!”.

Comenzar la plenitud
Consideraciones sobre la muerte, del papa Benedicto XVI

En la oración por los difuntos, es consolador y saludable meditar en la confianza de Jesús con su Padre y así dejarse envolver por la luz serena de este abandono total del Hijo a la voluntad de su “Abbá”.
Es muy importante que los cristianos vivamos la relación con los difuntos en la verdad de la fe, y miremos la muerte y el más allá a la luz de la Revelación. El hombre es polvo y al polvo volverá, pero a los ojos de Dios es polvo precioso, porque Dios ha creado al hombre destinándolo a la inmortalidad.
El momento de las exequias constituye una ocasión importante para anunciar el Evangelio de la esperanza y manifestar la maternidad de la Iglesia.
Ante el silencio de la muerte, al desvanecerse las expectativas humanas, sentimos viva la esperanza cristiana, que, más allá de las apariencias, descubre el amor de Dios, fiel a sus promesas.
La eternidad no es un continuo sucederse de días del calendario, sino algo así como el momento pleno de satisfacción, en el cual la totalidad nos abraza y nosotros abrazamos la totalidad del ser, de la verdad, del amor.
Nuestro morir no es el final, sino el ingreso en la vida que no conoce la muerte.
Nuestro ocaso en el horizonte de este mundo es un resurgir a la aurora del mundo nuevo, del día eterno.

Habla al Mundo es un servicio de difusión de la Divina Misericordia que brinda espiritualidad, formación y capacita Apóstoles de la Divina Misericordia.

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Jesús, en Vos confío

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