Evangelio
Jesús dijo a sus discípulos: “Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos no entrarán en el Reino de los Cielos. Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal. Pero Yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego.
Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo”.
San Mateo 5, 20-26
Video con reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
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Reflexión del evangelio Pbro. lic. Mauro Carlorosi, co.
La reconciliación de corazón es una de las distinciones del católico fiel a Cristo. Es estar reconciliado con Dios por la Confesión frecuente, es vivir sin odio ni rencor a nadie. Es estar dispuesto a entablar relaciones justas con quien nos odia, así no lo volvamos a ver nunca. Es desear la salvación, la conversión, el diálogo sereno y cristiano incluso con quien más nos cuesta. Tanto nos amó Dios; y ese amor de Dios se paga con amor de reconciliación.
Santos del día: santa Matilde, emperatriz
Fue sacada de un convento por Enrique, rey de Alemania, para hacerla su esposa. Matilde se dedicó a ejercer la caridad y beneficencia por los más pobres. Al morir su esposo, su hijo, Otón el Grande, fue coronado emperador de Occidente por el Papa. Ella renunció a sus riquezas e ingresó al convento benedictino hasta su muerte en el 968.
Liturgia del día
Feria. Morado.
Lecturas: Ez 18, 21-28 / Sal 129, 1-8
Reflexión para las tres de la tarde
Nuestro Divino Salvador permitió hasta tal punto que su humanidad prevaleciera sobre su divinidad en aquel Huerto, que sufrió por amor nuestro todas las tentaciones que asaltan al hombre justo en la muerte.
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Jesús, en Vos confío
