La Confesión es fuente de gracia, no un problema. Santa Faustina
dejó consejos para hacer una buena Confesión, que son requisitos
necesarios para un trabajo serio de vida espiritual.
D Nº 113 – Deseo nuevamente decir tres palabras al alma que desea decididamente tender hacia la santidad y obtener frutos, es decir, provechos de la Confesión. La primera, total sinceridad y apertura. El más santo y más sabio confesor no puede infundir por la fuerza en el alma lo que él desea si el alma no es sincera y abierta. El alma insincera, cerrada, se expone a un gran peligro en la vida espiritual y el Señor Jesús mismo no se ofrece a tal alma de modo superior, porque sabe que ella no sacaría ningún provecho de estas gracias particulares. La segunda palabra, la humildad. El alma no saca el debido provecho del Sacramento de la Confesión si no es humilde. La soberbia mantiene al alma en la oscuridad. Ella no sabe y no quiere penetrar exactamente en lo profundo de su miseria, se enmascara y evita todo lo que la debería sanar. La tercera palabra es la obediencia. El alma desobediente no conseguirá ninguna victoria, aunque el Señor Jesús mismo la confiese directamente. El más experto confesor no ayudará nada a tal alma. El alma desobediente se expone a gran peligro y no progresará nada en la perfección y no se defenderá en la vida espiritual. Dios colma generosamente con gracias al alma, pero al alma obediente.
Habla al Mundo es un proyecto de formación y difusión de la Divina Misericordia.
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Jesús en vos confío