Evangelio
Jesús dijo a sus discípulos: “El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él. El que no me ama no es fiel a mis palabras. La palabra que ustedes oyeron no es mía, sino del Padre que me envió. Yo les digo estas cosas mientras permanezco con ustedes. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho. Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡No se inquieten ni teman!.
Me han oído decir: ‘Me voy y volveré a ustedes’. Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el Padre es más grande que Yo. Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean.”
San Juan 14, 23-29
Video con reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
Reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
¿Hay algo más deseable que este infinito amor de Dios que quiere habitar en nosotros? Sí, por el Espíritu Santo vienen a nosotros Dios Padre y Dios Hijo. Es su Amor eterno el que lo hace darse así a nosotros. Es insaciable en su afán de darse, de hacernos felices, de llenarnos de gracias, dones y méritos. Sólo desean llenarnos de su vida eterna, divina, gozosa. ¿Es sensato rechazarlo? ¿Es razonable descuidar o distraerse de un amor tan sublime?.
Propósito del día
Dedicaré este día a permanecer en el amor de Dios. Intentaré orar
y unirme más a El (además de participar de la Santa Misa).
Santos del día: san Gregorio VII, papa
Siendo monje de la abadía de Cluny, de la que dependían unos 2.000 monasterios, al morir Alejandro II, fue elegido papa. Fue uno de los más grandes pontífices. Luchó contra los príncipes que disponían de los cargos eclesiásticos y contra el relajamiento del clero. Murió en 1085.
Liturgia del día
6º Domingo de Pascua. Blanco.
Segunda semana para el Salterio.
Reflexión para las tres de la tarde
No se contentaron con burlarse de Jesús los seis verdugos que lo flagelaron, sino que llamaron a toda la cohorte para que lo hiciese. Y allí estaba el pobre Jesús, coronado de espinas y siendo tratado sarcásticamente como rey.
¡Oh exceso de amor! Oración para prepararse a comulgar
Señor mío Jesucristo, Creador y conservador del cielo y de la tierra, Padre el más amoroso, médico el más compasivo, maestro sapientísimo, pastor el más caritativo de nuestras almas. Aquí tenéis a este miserable pecador, indigno de estar en vuestra presencia y más indigno aún de acercarse a ese banquete inefable. ¡Ay, Señor! Cuando considero vuestra infinita Bondad en querer venir a mí, me pasmo…, y al mirar la multitud de pecados con que os ofendí y agravié en toda mi vida, me confundo, me ruborizo y me siento compelido a deciros: “Señor, no vengáis…; apartaos de mí, porque soy un miserable pecador”. Si el Bautista no se consideraba digno de desatar las correas de vuestro calzado, ¿cómo mereceré yo tan grande honor?… ¡Ay, Señor! ¿No os horroriza este delincuente?… ¿No os causa asco el venir a mí y entrar en tan vil e inmunda morada? ¡ah, ya lo entiendo, Señor; mis miserias, mi pobreza: esto es lo que os mueve. ¡Oh exceso de amor!.
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Jesús, en Vos confío
