Evangelio
Jesús dijo: “Te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”. San Mateo 11, 25-27
Video con reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
Reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
Jesucristo, Dios Hijo, alaba a su Padre desde toda la eternidad, sin principio. Con esta exclamación de alabanza quiere
participarnos su gozo en el Padre por El mismo y por lo que hace. Así aprendemos nosotros a gozarnos en la Santísima Trinidad, a gozarnos en lo que hace y a amar lo que Ellos quieren: “Su Voluntad en la tierra como en el Cielo”. Nos participa esta alabanza y gozo también para apagar en nuestra carne el desordenado gozo en las criaturas y en los pecados.
Propósito del día
Asistiré a Misa y haré que me impongan el escapulario; si ya lo tengo, renovaré mi consagración a la Santísima Virgen.
Santos del día: San Sisenando, diácono y
mártir
Originario de Portugal, fue a Córdoba (España) a estudiar, instruyéndose en la basílica de San Acisclo. Al conocer el martirio de dos compañeros, fue hacia el
martirio haciendo pública su fe.Fue insultado, apaleado y degollado en el 851.
Liturgia del día
Bienaventurada Virgen María del Carmen.Memoria obligatoria. Blanco. Lecturas: Ex 3, 1-6.9-12 / S.R. 102, 1-7
Reflexión para las tres de la tarde
¿Qué tirano obligó jamás al reo con las
fuerzas perdidas ya en anteriores tormentos, a llevar sobre sus hombros el patíbulo donde debía morir? Pues, así fue
con Jesús, no hubo compasión con Aquel
que es todo compasivo.
Nuestra Señora del Monte Carmelo
Oración Oh Virgen del Carmen, María Santísima, que en tu santo Escapulario
diste a los que devo tamente lo visten, un
firmísimo escudo para defenderse de
todos los peligros de este mundo y de las
asechanzas del demonio, acreditando
esta verdad con tantos y tan singulares
milagros. Te ruego, Señora, que seas mi
defensa poderosa en esta vida mortal, pa-
ra que en todas las tribulaciones y peli-
gros encuentre la seguridad, y en las ten-
taciones salga con victoria, logrando
siempre tu especial asistencia para con-
seguirlo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te salve,
Reina y Madre de Misericordia. Amén.
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Jesús, en Vos confío
