Fomentó con fervor el amor a Jesús Sacramentado
San Ignacio de Loyola (1491-1556), personalmente y a través de la Compañía de Jesús, fomentó mucho en el pueblo cristiano el amor al Sacramento eucarístico.
En su autobiografía, el mismo santo, estando en Manresa (España), declara: “Estando en este pueblo, en la Iglesia de dicho Monasterio oyendo la Santa Misa un día, y alzándose el “Corpus Domini” (o sea, la Hostia Consagrada), vi con los ojos interiores unos como rayos blancos que venían de arriba; y aunque esto después de tanto tiempo no lo puedo bien explicar, sin embargo lo que vi con el entendimiento, claramente, fue como estaba en aquel Santísimo Sacramento, Jesucristo, Nuestro Señor”.
Estando presente verdadera, real y sustancialmente Jesús en la Eucaristía y siendo la Santa Misa la actualización y perpetuación de su sacrificio redentor, no podía nuestro Santo no tener grandísima devoción y luces muy especiales con respecto a este augusto misterio.
Pocos hicieron en su tiempo tanto como él por infundir en el pueblo cristiano el amor al Santísimo Sacramento. Fomentó la Comunión frecuente -algo muy novedoso para su tiempo- mostrando cómo si se había perdido esa santa costumbre había sido por haberse enfriado la devoción y la caridad.
En la carta que le escribe a sus paisanos desde Roma, adjuntando una Bula Papal sobre el Santísimo Sacramento, les recomienda vivamente el amor por la Eucaristía, con estas sentidísimas palabras:
“Os pido, requiero y suplico, por amor y reverencia de Dios Nuestro Señor, con muchas fuerzas y con mucho afecto os empleéis en mucho honrar, favorecer y servir á su Unigénito Hijo Cristo Señor Nuestro en esta obra tan grande del Santísimo Sacramento, donde su Divina Majestad, según Divinidad y según Humanidad, está tan grande, y tan entero, y tan poderoso, y tan infinito como está en el cielo”.
Frases del santo de su Coloquio con Jesucristo
– Escucha atentamente mis palabras: el que gusta de la soledad sabe a qué sabe Dios. El alma tiene necesidad de silencio para adorar. La calidad de las almas se calibra por su actitud ante el silencio, por su capacidad de silencio, por el timbre de su palabra interior.
– Tienes que hacer el silencio en tí, no para contemplarte y admirarte secretamente, sino para darte del todo a Dios.
– El que gusta de la soledad sabe a qué sabe Dios. El alma tiene necesidad de silencio para
adorar.
– (…) el silencio es una conquista. Hay que merecerlo. El recogimiento exige un esfuerzo: hay que quererlo. Haz con valor este esfuerzo. Pídeme humildemente la gracia del silencio interior y hallarás la paz.
(Fuente: Agencias)
Un poco sobre su vida
Era originario de España y nació en Loyola en 1491. Siendo un joven y apasionado militar lo hirieron en combate, y luego de leer la vida de Cristo y de los santos, dejó todo y se abocó a la Iglesia.
Fundó la Compañía de Jesús, una milicia espiritual a las órdenes del Papa para luchar contra las herejías, promover la reforma de la Iglesia y extender el Evangelio por el mundo. Murió en 1556. Una de las grandes obras dejadas
por el santo es el libro “Ejercicios espirituales”.
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Jesús en vos confío