Evangelio
Refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, dijo también esta parábola: “Dos hombres subieron al Templo para orar; uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, de pie, oraba así: ‘Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas’. En cambio, el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ‘¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!’ Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado”. San Lucas 18, 9-14
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Reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff, co.
¿Quién vuelve justificado, es decir, perdonado, el justo o el pecador? El humilde, ambos eran pecadores. El humilde mira a Dios a quien ha ofendido y le duele. El soberbio (aunque cumplidor) se mira a sí mismo para sentirse bien, sobre todo si puede sentirse mejor que los demás. Termina obrando todo lo bueno para sentirse bueno, no mira a Dios, no lo hace por Dios. ¿Por quién hacemos las cosas? ¿Te duele que Dios sea ofendido por ti y por los hombres o sólo te duele ver tus miserias y saberte defectuoso?
Popósito del día
Hacer una preparación de media de hora en la iglesia para la Santa Misa.
Santos del día: . San Sigebaldo, obispo
De origen francés, vivió entre los siglos VII y VIII y trabajó mucho por la reforma del clero y del monacato en torno a la región francesa de Metz, siendo muy estimado por su clero. Junto con san Pirmino (fundador de la célebre abadía de ReichenaSaint-Avold), dio vida al monasterio de Neuweiler, en Alsazia. Murió en torno al 740.NR: También promovió la cultura, construyó escuelas y abadías.
Liturgia del día
30º Domingo durante el año. Verde. Segunda semana para el Salterio.
.Reflexión para las tres de la tarde
Estando Jesús ante Pilatos, éste lo mandó
a azotar, y entonces lo ataron a una columna. Jesús temblaba y se estremecía, y comenzaron a darle azotes tan brutales
que enseguida se desgarró su carne. Jesúsno dejaba de rezar.
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