Evangelio
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Delante de El había un hombre enfermo de hidropesía. Jesús preguntó a los doctores de la Ley y a los fariseos: “¿Está permitido curar en sábado o no?” Pero ellos guardaron silencio. Entonces Jesús tomó de la mano al enfermo, lo curó y lo despidió. Y volviéndose hacia ellos, les dijo: “Si a alguno de ustedes se le cae en un pozo su hijo o su buey, ¿acaso no lo saca en seguida, aunque sea sábado?” A esto no pudieron responder nada. San Lucas 14, 1-6
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Reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff, co.
No entendemos a Nuestro Señor Jesucristo porque no amamos como El, ni tenemos su mirada ni sus mismos intereses. Nos preocupa nuestra propia voluntad y hacer el menor esfuerzo en lo que no consideramos tan valioso: así sea de la vida espiritual.
Este apego es el mayor motivo de menosprecio de la santificación. Así surgen, luego, estas
incoherencias o hipocresías cuando Cristo nos rompe los esquemas y preferimos acusarlo
en vez de obedecerle.
Popósito del día
Ofreceré la abstinencia de carne de hoy para implorar que el Señor no permita blasfemias ni profanaciones en este halloween.
Santos del día: Beato Tomás de Florencia
 Italiano, nació en 1370 y fue un hermano lego franciscano. Combatió a los herejes y fundó varios conventos. Fue enviado a Etiopía donde, por ser cristiano, fue encarcelado y sufrió pruebas de toda clase por parte de los infieles; al regresar a su patria, casi centenario, murió en 1447.
Liturgia del día
Feria. Verde. Lecturas: Rom 9, 1-5 / S.R. 147, 12-15.19-20
Reflexión para las tres de la tarde
Jesús cayó por tercera vez al tropezar con una piedra. La Cruz se deslizó por su
hombro y ya no pudo levantarse. Entonces pidieron a un hombre llamado Simón
que le ayudase y Jesús colmó de misericordia a este hombre.
La santidad vence Oración reparadora por halloween
El ángel de Fátima enseñó esta oración de reparación que podemos repetir hoy, especialmente: Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente. Te ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que El es ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María te imploro la conversión de los pobres pecadores. Amén.
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