Evangelio
Cuando estuvo cerca y vio la ciudad, se puso a llorar por ella, diciendo: “¡Si tú también hubieras comprendido en este día el mensaje de paz! Pero ahora está oculto a tus ojos. Vendrán días desastrosos para ti, en que tus enemigos te cercarán con empalizadas, te sitiarán y te atacarán por todas partes. Te arrasarán junto con tus hijos, que están dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has sabido reconocer el tiempo en que fuiste visitada por Dios”. San Lucas 19, 41-44
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Reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff, co.
¿Comprendemos que es peor haber despreciado a Cristo que aquellas tragedias anunciadas y, finalmente, sucedidas? ¿entendemos el peso, la gravedad de que Dios llora por esto? Pueden pasar tragedias peores, y han pasado, pero la gravedad de que Dios omnipotente sufra por “impotencia” de almas endurecidas que prefieren la condenación eterna debería estremecernos, a menos que estemos tan duros como ellos o frívolos como cualquier mundano… Esto requiere reacción (conversión) y reparación. No nos dejemos atrapar y seducir por la indiferencia.
Popósito del día
Aceptar con paz mis propias debilidades y ponerlas en manos de Cristo. Meditarlas y pedirle a María que nos ayude a cambiarlas.
Santos del día: San Dacio
Fue un soldado romano cristiano en la actual Bulgaria. Se negó a participar en
una fiesta saturnina, que degeneraba en los peores excesos. Por ello lo llevaron ante
el gobernador Basso quien trató de convencerlo y lo exhortó a renunciar a la fe
cristiana, pero se mantuvo firme en su negativa, y el gobernador lo hizo decapitar.
Era el año 303.
Liturgia del día
Feria. Verde. Lecturas: 1 Mac 2, 15-29 / S.R. 49, 1-2.5-6.14-15
Reflexión para las tres de la tarde
Pronunciada la sentencia, los soldados rodearon a Jesús, le desataron las manos y le arrancaron de su cuerpo, cubierto de llagas, la capa de lana roja que le habían puesto por burla y al hacerlo le reabrieron muchas de las heridas
Se hizo nuestro Alimento y nuestra Vida Frases de los santos sobre Nuestro Señor en la Santísima Eucaristía
“Tú sabes, oh Dios mío, que nos creaste, que nada puede satisfacernos sino Tú mismo, y por eso te has hecho nuestro alimento y bebida. ¡Oh, misterio adorable! ¡Oh, la más estupenda de las misericordias! Tú, el más glorioso, hermoso, fuerte y dulce, sabías bien que nada más que Tú podría sostener nuestra naturaleza inmortal, nuestros frágiles corazones; y así tomaste carne y sangre humana, para que, siendo la Carne y Sangre de
Dios, fueran nuestra Vida.” San Juan Enrique Newman
“La Eucaristía es verdaderamente un destello del Cielo que aparece en la tierra. Es un rayo glorioso de la Jerusalén celestial que atraviesa las nubes de nuestra historia e ilumina nuestro camino.” San Juan Pablo II
“Adora a Jesús sobre el trono de tu corazón, apoyándote sobre El y su ardiente Amor. Exáltale el poder, proclámalo Señor nuestro, confiésale ser feliz siervo, dispuesto a todo para adorarlo. Agradécele el honor que ha hecho, el amor del que eres testigo, y lo mucho que nos ha dado en esta Comunión. Alaba su Bondad y su Amor por ti, que eres tan pobre, tan imperfecto, tan infiel. Invita a los ángeles, a los santos, la Inmaculada Madre de
Dios para alabarle y darle gracias por ti. Unete a las Acciones de Gracias amorosas y perfectas de la Santísima Virgen.” San Pedro Julián Eymard
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