Evangelio
El pueblo permanecía allí y miraba. Sus jefes, burlándose, decían: “Ha salvado a otros: ¡que se salve a Sí mismo, si es el Mesías de Dios, el Elegido!” También los soldados se burlaban de El y, acercándose para ofrecerle vinagre, le decían: “Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a Ti mismo!” Sobre su cabeza había una inscripción: “Este es el rey de los judíos”. Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: “¿No eres Tú el Mesías? Sálvate a Ti mismo y a nosotros”. Pero el otro lo increpaba, diciéndole: “¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que El? Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero El no ha hecho nada malo”. Y decía: “Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a tu Reino”. El le respondió: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso”. San Lucas 23, 35-43
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Reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff, co.
No comprendemos -quizás no aceptamos- su reinado así. El buen ladrón, san Dimas, sí lo aceptó. No le pidió bajarlo de la Cruz, otra oportunidad, etc. Le pidió lo que nosotros debemos pedirle: su reinado, el reinado de un humillado, desangrado. El reinado
donde este aplastado y crucificado reina; no donde reinan aquellos otros. ¿Cuál reino preferimos? ¿El crucificado o el de fuera de la Cruz? Jesucristo es Rey y es el mismo Reino. Su Reino es ser hostia y víctima con El. No existe, no hay, otro tipo de amor en su Reino.
Popósito del día
Rezar antes de cada actividad: “Jesús, en Vos confío”. Completar con el Avemaría.
Santos del día: San Trudo
Nació en Bélgica en el 628 y luego de ser ordenado sacerdote se hizo monje benedictino. Dio todos sus bienes a la Iglesia y en el 662, en una propiedad que perteneció a su familia, fundó una abadía que luego llevó su nombre. A su muerte en el 693,fue enterrado en la misma.
Liturgia del día
Nuestro Señor Jesucristo, Rey del universo. Solemnidad. Blanco. 34º Semana durante el año. 2ª semana para el Salterio.
Reflexión para las tres de la tarde
Iba Nuestro Señor, con los pies desnudos y ensangrentados, abrumado bajo el
peso de la Cruz, temblando, y lleno de llagas y heridas, sin haber comido, ni bebido, ni dormido desde la cena de la víspera, debilitado por la pérdida de Sangre.
Vencedor Admirable Himno a Jesucristo Rey
Oh Jesús, Rey admirable, Vencedor noble, Dulzura inefable a Quien tanto anhelamos,
Rey de las virtudes y Rey de la gloria, invicto Rey soberano, Dispensador de la gracia,
Honor de la Corte celestial:
Un coro de santos pregona tu gloria y el otro responde cantando tu alabanza. Jesús da alegría al mundo, y ponnos en paz con Dios. Jesús reina desde esa quietud que, al exceder
todo conocimiento, nuestra alma se apresura a gozar porque esa sed no le deja descanso.
Y Tú, Señor, mientras te ensalzamos en medio de himnos y súplicas, alcánzanos poseer un día Contigo el Premio eterno del Cielo.
Oh Jesús, Flor de una Madre Virgen, nuestro amor más entrañable para Ti, la alabanza y el
Reino de la gloria, por los siglos de los siglos. Amén.
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