Jesús Misericordioso reveló a santa Faustina la Coronilla de la Divina Misericordia, la forma de rezarla y las gracias innumerables que esta trae consigo para el alma que la reza y para aquellos que, impedidos y estando cerca de la muerte, no pueden hacerlo.
La Coronilla de la Divina Misericordia se reza con un rosario, al comienzo con el padrenuestro, avemaría y credo, siguiendo con oración: “Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”.
Con el rosario en mano, se reza la decena diciendo: “Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero”. Al finalizar, tres veces se pronuncia la siguiente oración: “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero”.
A lo largo de su “Diario”, santa Faustina establece en numerosas ocasiones los pedidos de Jesús para la difusión de esta milagrosa oración. En el numeral 687, la santa relata que recorriendo el pasillo que la conducía a la cocina oyó en su alma estas palabras: “Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte”.
Continúa Jesús afirmando que los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como única tabla de salvación. “Hasta el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita. Deseo que el mundo entero conozca Mi misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia”.
En el siguiente numeral de su “Diario”, el 688, santa Faustina eleva una oración de corazón: “Oh Jesús, Vida y Verdad, Maestro mío, guía cada paso de mi vida para que proceda según Tu santa voluntad”.