Nació en la ciudad de Sevilla, España. Estudió en la universidad de Salamanca. Cuando tenía sólo 30 años de edad, el Papa Pío IV lo nombró obispo de Badajoz. Allí se dedicó con toda su alma a librar a los católicos de las enseñanzas de los protestantes. Organizó pequeños grupos de jóvenes catequistas que iban de barrio en barrio enseñando las verdades de nuestra religión.
Luego fue arzobispo de Valencia. Se levantaba a las cuatro de la madrugada. Dedicaba dos horas a leer la Sagrada Escritura y otros libros religiosos. Otras dos horas las dedicaba a la celebración de la santa misa y a rezar los salmos. Luego durante dos o tres horas preparaba sus sermones. Desde mediodía hasta la noche atendía a la gente.
Visitó once veces las 290 parroquias rurales de su arzobispado.
Desde 1569 hasta 1610 hizo 2,715 visitas pastorales a las parroquias y los resultados de esas visitas los dejó en 91 volúmenes con 91 mil páginas. Celebró siente Sínodos, o reuniones con todos los párrocos para estudiar los modos de evangelizar con mayor éxito. Le agradaba mucho dar clases de catecismo a los niños. El en persona los preparaba a la primera Comunión.
La santa misa la celebraba con tal devoción que al acólito le decía que después de la elevación podía retirarse, pues él duraba hasta dos horas en éxtasis allí, ante Jesús Sacramentado, después de elevar la Hostia.
Falleció santamente el 6 de enero de 1611, en el Colegio-Seminario de Corpus Christi, que él mismo fundara como monumento a la Eucaristía.
san Pío V lo llamaba “La lumbrera de todos los obispos españoles”. Fue beatificado, en 1796, y fue declarado santo por el papa Juan XXIII, en 1960.
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Jesús, en Vos confío
