Evangelio
El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que pasaba, y estaba muy desconcertado porque algunos decían: “Es Juan, que ha resucitado”. Otros decían: “Es Elías, que se ha aparecido”, y otros: “Es uno de los antiguos profetas que ha resucitado”. Pero Herodes decía: “A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es este del que oigo decir semejantes cosas?”.
Y trataba de verlo.
San Lucas 9, 7-9
Video con reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
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Reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
Nuestra alma tiene un profundísimo anhelo de Dios, pero nos distraen los placeres. Herodes tenía este anhelo, intuía, pero no se arriesgaba: ¿Puede haber alguien santo, puro, divinizado?. ¿O todo el mundo religioso está arruinado y es mentira también?. Así nosotros intuimos la infinita santidad de Cristo, pero debemos correr hacia El; no nos quedemos en la tiniebla y la duda, pronto se pueden volver densa oscuridad y tibieza.
Propósito del día
Ante las burlas y las críticas, no gastaré energías en quejarme
y recordaré el martirio de los santos.
Santos del día: santos Cosme y Damián, mártires
Hermanos médicos, de Egea, Asia Menor (Turquía), que sanaban a los enfermos y cuenta la tradición que hacían curaciones milagrosas en nombre de Cristo. Denunciados por ser cristianos los torturaron cruelmente y murieron decapitados en el 285.
Liturgia del día
Feria. Verde/ Santos Cosme y Damián, mártires. Rojo.
Memoria libre/ Lecturas: Ecle 1, 2-11/ Sal 89, 3-6.12-14.17
Reflexión para las tres de la tarde
Una vez que hicieron la corona de espinos con el tamaño adecuado y se la incrustaron en la Cabeza, un soldado burlón le dijo: “¡Esta le gusta mi Rey!”. Y los demás soldados le reverenciaban burlándose y lo escupían.
Grandeza de la Cruz
De los escritos de los santos
- “El mundo está en llamas: ¿Deseas apagarlas? Contempla la Cruz: del Corazón abierto brota la Sangre del Redentor, Sangre capaz de extinguir las mismas llamas del Infierno.”
Santa Teresa Benedicta de la Cruz - “La Cruz no ha de hacerse simplemente sólo con el dedo, sino en primer lugar con el corazón, lleno de fe interior. Cuando te persignes de esta forma en la frente, no se te acercará ningún espíritu impuro, porque verá el arma que le ha herido, la espada que le ha asestado el golpe mortal. Si nosotros nos estremecemos al contemplar los lugares de suplicio, ¡qué no sentirá el diablo ante la contemplación del arma con la que Cristo ha roto todo su poder y ha decapitado al dragón!”. San Juan Crisóstomo
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Jesús, en Vos confío
