Editorial
Dilatamos nuestro corazón en la alegría pascual durante todo este mes de mayo. Particularmente, esta vez, no contiene ninguna de las grandes solemnidades que coronan la cincuentena pascual (Ascensión, etc.). Y lo haremos de manos de la Santísima Virgen María. De hecho, en muchísimos países mayo es el mes de María. De todos modos, tiene grandes e importantes fiestas en su honor que impiden que la olvidemos: su memoria de Luján, de Fátima, Auxiliadora, y en su Visitación. Por ello, la saludaremos y recordaremos permanentemente durante este mes.
De manera particular, recordemos un domingo muy especial del tiempo pascual: el Cuarto Domingo, llamado del Buen Pastor, y Jornada mundial de oración por las vocaciones. Sí, recemos mucho por ellos. Sí, hay muchas vocaciones, pero también muchos obstáculos que los detienen en su entrega.
Evangelio
El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra pertenece a la tierra y habla de la tierra. El que vino del Cielo da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie recibe su testimonio. El que recibe su testimonio certifica que Dios es veraz.
El que Dios envió dice las palabras de Dios, porque Dios le da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus manos. El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida, sino que la ira de Dios pesa sobre El.
San Juan 3, 31-36
Video con reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
Click en la imagen para ver el video
Reflexión del evangelio Pbro. lic. Mauro Carlorosi, co.
“La ira de Dios pesa sobre él” dice el Bautista sobre los que se niegan a creer en el Señor. ¿Quién habla hoy de estas palabras? ¿Qué es la ira de Dios?.
Sor Faustina se las oye decir varias veces a Jesús Misericordioso. La Biblia hace referencia constante a esta realidad. Es justamente la consecuencia de nuestros pecados, es el rechazo endurecido, consciente, de la Misericordia de Dios. Es lo que ya adelantaba el profeta Isaías: “nos dejaste en manos de nuestras propias iniquidades…” he ahí la ira de Dios, la consecuencia de nuestra no conversión.
Propósito del día
Ofreceré un sacrificio por intercesión de San José
por los que no consiguen trabajo.
Santos del día: san José obrero
Hoy se celebra mundialmente a San José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús, como carpintero. La fiesta fue instituida el 1 de mayo de 1955, por el papa Pío XII, quien lo proclamó patrono de los trabajadores para que “todos reconozcan la dignidad del trabajo y que ella inspire la vida social y las leyes fundadas sobre la equitativa repartición de los derechos y deberes”.
Liturgia del día
Feria. Blanco/ San José, obrero. Blanco. Memoria libre.
Lecturas: Hch 5, 27-33 / Sal 33, 2.9.17-20
Reflexión para las tres de la tarde
Cuando se sentaron para la Ultima Cena, el Salvador, con toda su ternura, puso de manifiesto el tremendo amor que sentía por sus apóstoles, diciéndoles cuánto había deseado cenar con ellos antes de morir.
Glorioso patriarca y artesano
Himno a San José obrero
A ti, José, patriarca y artesano,
que habitas pobre y escondida casa,
con voz alegre y corazón humilde
nuestra voz canta.
De regia estirpe,
en posición modesta,
sufres paciente, resignado callas,
mientras sustentas, con trabajo
duro, dos vidas santas.
Fiel artesano y ejemplar
modelo, das a los hombres
pruebas bien preclaras
de honra al trabajo, y de hacer
la vida santificada.
Sé compasivo con tus fieles
siervos, refrena torpes, sórdidas
ganancias; que crezca
Cristo místico en los ámbitos
de toda patria.
Dios Uno y Trino, que eres a la vez
Padre de todos y de todos alma,
haz que imitemos de José la vida
y muerte santa. Amén.
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Jesús, en Vos confío