Evangelio
Jesús dijo a sus discípulos: “Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu de la Verdad, El los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por Sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes”. San Juan 16, 12-15
Video con reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
Reflexión del evangelio Pbro. lic. Mauro Carlorosi, co.
Es el Espíritu Santo el que anuncia, el que trae, el que nos
une a Cristo. Así nació y creció la Iglesia, consciente de que el
Santo Espíritu nos guiará siempre por la verdad. Solo en la
Iglesia Católica permanece hoy perfecta esta misión del Espíritu
Santo, sólo en la Iglesia conocemos a la verdadera Trinidad
revelada por Cristo, al llevarnos como único mediador al
Padre. Bendito Espíritu de la Verdad que nos diste a conocer
no sólo la Verdad sino el acceso a la Santísima Trinidad.
Propósito del día
Recitaré tres veces el himno trinitario de hoy,
y lo meditaré en silencio.
Santos del día: Santa Bárbara Cui Lianzhi, mártir
Madre de familia que nació en el año 1849 y murió en 1900.
Tras haber sido asesinados sus hijos por odio anticristiano, huyó
para salvar su vida, pero fue apresada. Sometida a crueles torturas
murió mártir.
Liturgia del día
Santísima Trinidad. Solemnidad. Blanco.
11ª semana durante el Año. Tercera semana para el Salterio.
Reflexión para las tres de la tarde
Los que apresaron a Jesús lo llevaron a casa de Caifás. Y, atado como un criminal,
entró en Jerusalén, donde antes había sido vitoreado y aclamado, pero ahora
era insultado y agredido con piedras y cualquier tipo de inmundicias.
Trinidad Beatísima, Fuente de todas las gracias Himno a la Santísima Trinidad
Infinitamente dichosa en tu mismo gozo, sin que de nada tengas menester; Tú, pura, simple y providente, abarcas el Cielo y la Tierra. Oh, Padre, Fuente de todas las gracias,
oh, Hijo, Esplendor de la gloria del Padre, oh, Espíritu Santo, Amor eterno
de ambos. Oh, Trinidad beatísima, de Ti mana, como de su origen supremo,
todo aquello que contiene ser y belleza. A quienes regalas la corona de la
adopción filial, haznos templos tan resplandecientes que seamos objeto continuo de tu complacencia. Oh, Luz vivísima, concédenos que, en unión con tus Ángeles en el Cielo,
te cantemos eternamente con la alabanza del amor agradecido. Amén.
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Jesús, en Vos confío
