Evangelio
Junto a la cruz de Jesús, estaba su Madre y la hermana de su Madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena.
Al ver a la Madre y cerca de ella al discípulo a quien El amaba, Jesús le dijo: “Mujer, aquí tienes a tu hijo.” Luego dijo al discípulo: “Aquí tienes a tu Madre.” Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa. San Juan 19, 25-27
Video con reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
Reflexión del evangelio Pbro. lic. Mauro Carlorosi, co.
El que ama como María sigue al Señor hasta en el peor momento, aún a costa de su fama y de su vida. El amor de María venció el temor ante la furia judía y romana, venció al ‘qué dirán’ (al ser Ella la madre del que consideraban ‘malhechor’), y venció el dolor de ver a Dios postrarse en Cruz así y a su Hijo morir así. El corazón de María amaba y su amor lleno de fe en quién era su Hijo y lleno de la esperanza en la Resurrección,
nos da ejemplo para llevar adelante toda circunstancia de nuestra vida.
Popósito del día
Consolaré el Corazón de la Santísima Virgen mediante
la meditación de sus dolores.
Santos del día: Nuestra Señora de los Dolores
La Iglesia conmemora dos veces al año los dolores de la Santísima Virgen: el viernes anterior al domingo de Ramos y hoy. La primera celebración queda opacada por la inminente Pasión de Cristo. Por eso se instituyó este día, luego de la fiesta de la Cruz, para contemplar los dolores de la Inmaculada Virgen, quien, como Corredentora, sin mancha de
pecado, unió sus sufrimientos a los de Cristo por nuestra Redención.
Liturgia del día
Bienaventurada Virgen María de los Dolores. Memoria obligatoria. Blanco. Lecturas: 1 Tim 2, 1-8 / S.R. 27, 2.7-9
Reflexión para las tres de la tarde
Jesús, estando fuertemente atado, al punto que no puede dar ni un paso por
Sí mismo, es pisoteado y arrastrado por caminos llenos de piedras y espinas, y
cualquier movimiento lo hace tropezar y caer llenándose de heridas.
No hay dolor como su dolor, Soneto a María al pie de la Cruz, de Bruno Moreno Ramos
Venid y vedme hoy aquí:
¿Hay dolor cual mi dolor
cuando a mi Dios y Señor
en la Cruz sufriendo vi?
Mil veces con El morí,
pues, siendo mi Redentor,
era mi niño, mi amor,
a quien, virgen, concebí.
Al ser tanta nuestra unión,
su dolor mi dolor fue,
y su muerte mi pasión,
porque al tiempo le lloré
con llanto del corazón
y con lágrimas de fe.
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