Las gracias y méritos no se cuentan como las monedas. En todo, lo que
da valor es la caridad -el amor a Cristo- con que las realizamos.
58 – Una noche vino a visitarme una de nuestras hermanas que había muerto hacía dos meses antes. Era una de las hermanas del primer coro. La vi en un estado terrible. Toda en llamas, la cara dolorosamente torcida. La visión duró un breve instante y desapareció. Un escalofrió traspasó mi alma y aunque no sabía dónde sufría, en el Purgatorio o en el Infierno, no obstante, redoblé mis plegarias por ella. La noche siguiente vino de nuevo, pero la vi en un estado aún más espantoso, entre llamas más terribles, en su cara se notaba la desesperación. Me sorprendí mucho que después de las plegarias que había ofrecido por ella la vi en un estado más espantoso y pregunté: ¿No te han ayudado nada mis rezos? Me contestó que no le ayudaron nada mis rezos y que no le iban a ayudar. Pregunté: ¿Y las oraciones que toda la Congregación ofreció por ti, tampoco te han ayudado? Me contestó que nada. Aquellas oraciones fueron en provecho de otras almas[…]. Después de algún tiempo volvió a visitarme de noche, pero en un estado distinto. No estaba entre llamas como antes y su rostro era radiante, los ojos brillaban de alegría y me dijo que yo tenía el amor verdadero al prójimo, que muchas almas se aprovecharon de mis plegarias y me animó a no dejar de interceder por las almas que sufrían en el Purgatorio y me dijo que ella no iba a permanecer ya por mucho tiempo en el Purgatorio. ¡Los juicios de Dios son verdaderamente misteriosos!
Habla al Mundo es un proyecto de formación y difusión de la Divina Misericordia.
Para ser parte de esta obra Evangelizadora, podés sumarte a nuestros grupos de WhatsApp o contáctanos: www.linktr.ee/hablaalmundo
Jesús en vos confío