Un doctor de la Ley se levantó y le preguntó para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?” Jesús le preguntó a su vez: “¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?” El le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo”. “Has respondido exactamente, le dijo Jesús; obra así y alcanzarás la vida”.
Pero el doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: “¿Y quién es mi prójimo?” Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: “Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto. Casualmente bajaba por el mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo. También pasó por allí un levita: lo vio y siguió su camino. Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió. Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: ‘Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver’.
¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?” “El que tuvo compasión de él”, le respondió el doctor. Y Jesús le dijo: “Ve, y procede tú de la misma manera”.
San Lucas 10, 25-37
Reflexión del Evangelio
Pbro. Germán Saksonoff, co
Amar es procurar el bien del otro por encima del mío, o antes que el mío. Amar a Dios es procurar su gloria (adoración, honor, culto, obediencia) y su interés por la salvación de todos los seres humanos, que El creó. Quien vive en estas preocupaciones, que son una sola, vive y cumple el primero de los Mandamientos: el Cielo es su destino único. Pero quien no ama a Dios, comienza un laberinto de excusas y egoísmos que complican toda la vida y la enredan en miles de defectos y problemas de todo tipo.
Propósito del día
Me concentraré en mi trabajo sin perder el tiempo.
Santos del día
San Héctor Valdivielso Sáez, mártir
Era hijo de españoles y nació en Buenos Aires, Argentina, en 1910. Fue a España e ingresó a la Hermanos de las Escuelas Cristianas (lasallanos), dedicando su vida a la educación de jóvenes. Lo ejecutaron en la Revolución de Asturias, previo a la Guerra Civil española, en 1934.
NR: Es el primer nacido en la Argentina declarado santo.
Liturgia del día
Feria. Verde/ Memoria libre: S. Dionisio, ob. y comp., mártires.
Rojo; S. Héctor Valdivieso, mártir. Rojo; S. Juan Leonardi,
pbro. Blanco/ Lecturas: Jon 1, 1—2, 1.11/ Sal Jon 2, 3-5.8
Reflexión para las tres de la tarde
Jesús ya no puede llevar el travesaño de la Cruz, está al límite de sus fuerzas físicas. Nadie quiere ayudarle, es un condenado a muerte.
Vivamos nuestra misión
Frases de san John Henry Newman, otro santo del día
“Diez mil dificultades no hacen una sola duda.”
“Las personas nos influyen, las voces nos conmueven, los libros nos convencen, los hechos nos entusiasman.”
“Dios me ha creado para que le preste un servicio determinado. Me ha encomendado una tarea que no le ha dado a ningún otro. Yo tengo mi misión.”
“Rompe la unidad en un solo punto y la resquebrajadura se extenderá por todo el cuerpo.”
“En verdad no somos llamados una vez sino muchas veces: Cristo nos está llamando a lo largo de toda nuestra vida.”
“El cálculo nunca hace al héroe.”
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Jesús, en Vos confío
