Evangelio
Jesús dijo a sus discípulos: “Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes”. San Lucas 6, 36-38
Audio con reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
Reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
La medida que queramos imitar a Dios será la medida de nuestro amor, gozo y gloria por toda la eternidad en El, cuando lleguemos al Paraíso. No se trata de un buen negocio sino de Comunión con El. Ser misericordiosos no es realizar una buena acción por día sino vivir todo el día para socorrer a nuestro prójimo y soportar sus defectos pacientemente para ayudarlos a corregirse. Tal como lo hizo Cristo. ¡Cuánto amor falta en nuestros hogares! Miremos a Dios e imitémoslo.
Propósito del día
Buscaré un rato para estar a solas y reflexionar sobre cómo estoy viviendo este tiempo de Cuaresma.
Santos del día: san Alejandro de Alejandría, obispo
Nació en el 250 y fue un celoso custodio de la fe. En el 313 fue elegido como patriarca de Alejandría en Egipto, donde construyó la gran iglesia de San Theonas. Luchó firmemente contra Arrio, un sacerdote ordenado por su predecesor, después de haber intentado convencerlo de su error herético de una manera paternal. Murió en torno al 328.
Liturgia del día
Feria. Morado.
Lecturas: Dn 9, 4b-10/ Sal 78, 8-9.11.13
Reflexión para las tres de la tarde
Su aliento se apaga, sus ojos se cierran. Todo se ha consumado por amor. Sólo nos queda escondernos en sus Llagas.
Camino Cuaresmal.
Sigamos a Cristo – De 1 Pe 2, 21-24
Cristo padeció por nosotros, dejándonos un ejemplo para que sigamos sus huellas. El no cometió pecado ni encontraron engaño en su boca; cuando lo insultaban, no devolvía el insulto; en su Pasión no profería amenazas; al contrario, se ponía en manos del que juzga justamente. Cargado con nuestros pecados subió al leño, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia.
Sus heridas nos han curado.
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Jesús, en Vos confío
