Evangelio
Los discípulos contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”.
Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó: “¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy Yo mismo. Tóquenme y vean.
Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que Yo tengo”. Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer.
Pero Jesús les preguntó: “¿Tienen aquí algo para comer?”.
Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; El lo tomó y lo comió delante de todos. Después les dijo: “Cuando todavía estaba con ustedes, Yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de Mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos”.
Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió: “Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto”.
San Lucas 24, 35-48
Audio con reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
Reflexión del evangelio Pbro. lic. Mauro Carlorosi, co.
El alma, la familia, la sociedad, resucitan con Cristo cuando empiezan a verlo a El, a tratarlo a El y a amarlo a El en la Fracción del Pan, es decir, en la Santa Misa. Si la Misa es de los hombres “comamos y bebamos que mañana moriremos”, es decir, hagamos circo y teatro… pero si la Misa es de Dios, veamos, tratemos, amemos con lo mejor del respeto, silencio, adoración, escucha, como corresponde a lo sagrado.
Sin esta conversión interior, no podremos verlo en la Fracción del Pan.
Propósito del día
Llegaré con tiempo a la Santa Misa para prepararme
dignamente y en silencio.
Santos del día: santa Liduvina, virgen
Originaria de Holanda, siendo niña sufrió un accidente que la postró para siempre.
No sanaba, no había cura para ella, y tampoco moría. Así pasó 38 años hasta su muerte, ofreciendo todo por la salvación de las almas y recibiendo consuelos celestiales, teniendo numerosos éxtasis sobre la Pasión de Cristo. Murió en 1433.
NR: Su biografía fue escrita por Tomás de Kempis.
Liturgia del día
3º Domingo de Pascua. Blanco.
Tercera semana para el Salterio.
Reflexión para las tres de la tarde
A la pálida luz del sol, el cuerpo de Jesús se veía más lívido y pálido por la pérdida de Sangre. Agonizaba, tenía la lengua seca y dijo: “Tengo sed”. Uno de los soldados, mojó una esponja en vinagre y hiel, y colocándola en la punta de una lanza, la puso en la boca del Señor. Y este bebió el último cáliz de su amarga Pasión.
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Jesús, en Vos confío
