Todos los días, con tres gotas de vino y una gota de agua
en la palma de la mano, celebraba la Eucaristía.
El Cardenal Van Thuan, cuyo proceso de beatificación prosigue en Roma, nació en 1928. Fue por ocho años el Obispo de Nhatrang (Vietnam), y por unos meses obispo coadjutor de la también vietnamita Saigón.
En abril de 1975 el ejército comunista tomó la ciudad de Saigón y acusó al Obispo de formar parte de un complot entre el Vaticano y el imperialismo para organizar la lucha contra el régimen comunista.
Meses después, en el día de la Asunción de la Virgen (15 de agosto de 1975), el nuevo régimen arrestó al Prelado.
“Cuando me arrestaron, tuve que marcharme enseguida, con las manos vacías. Al día siguiente me permitieron escribir a los míos, para pedir lo más necesario: ropa, pasta de dientes… Les puse: Por favor, envíenme un poco de vino como medicina contra el dolor de estómago. Los fieles comprendieron enseguida”, contó en una ocasión el Obispo.
Los feligreses le enviaron una botellita de vino de Misa, con una etiqueta para el “dolor de estómago”, y las hostias escondidas en una antorcha contra la humedad.
“Nunca podré expresar mi gran alegría: diariamente, con tres gotas de vino y una gota de agua en la palma de la mano, celebré la Misa. ¡Éste era mi altar y ésta era mi catedral! Era la verdadera medicina del alma y del cuerpo:
Medicina de inmortalidad, remedio para no morir, sino para vivir siempre en Jesucristo, como dice Ignacio de Antioquía”, enfatizó el Cardenal Van Thuan.
“Cada día, al recitar las palabras de la consagración, confirmaba con todo el corazón y con toda el alma un nuevo pacto, un pacto eterno entre Jesús y yo, mediante su sangre mezclada con la mía. ¡Han sido las Misas más hermosas de mi vida!», añadió. Después de 13 años de prisión, nueve de los cuales pasó en una celda de aislamiento, el Cardenal Van Thuan fue liberado y desterrado del país. Llegó a Roma y empezó a trabajar en la Curia Romana.
En 1998 fue nombrado Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz. En febrero de 2001 fue creado Cardenal por San Juan Pablo II y murió a causa del cáncer el 16 de septiembre de 2002.