InicioQué es la Divina MisericordiaSanta Faustina: "Una tercera y última..."

Santa Faustina: «Una tercera y última…»

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Junto al Bautismo y a la Confesión, Dios quiso darnos en nuestro tiempo la coronilla como una nueva tabla de salvación.

754 – Promesa del Señor: A las almas que recen esta coronilla, mi Misericordia las envolverá en la vida y especialmente a la hora de la muerte.

687 – En una ocasión, mientras iba por el pasillo a la cocina, oí en el alma estas palabras: Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación. Hasta el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de mi Misericordia infinita. Deseo que el mundo entero conozca mi Misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en mi Misericordia.

851 – Hoy he iniciado la novena a la Divina Misericordia. Es decir, en espíritu me traslado delante de la imagen y rezo la coronilla que me enseñó el Señor. El segundo día de la novena vi esta imagen como si estuviera viva, rodeada de innumerables agradecimientos y veía una gran multitud de personas que acudían y vi que muchas de ellas eran felices. Oh Jesús, con qué alegría latió mi corazón. Hago esta novena según la intención de dos personas, a saber el arzobispo y el padre Sopocko.
Ruego ardientemente al Señor que inspire al arzobispo para que apruebe esta coronilla tan agradable a Dios y esta imagen, que no aplace ni retrase esta obra…

1541 – Hija mía, anima a las almas a rezar la coronilla que te he dado.

A quienes recen esta coronilla, Me complazco en darles lo que Me pidan. Cuando la recen los pecadores empedernidos, colmaré sus almas de paz y la hora de su muerte será feliz. Escríbelo para las almas afligidas: Cuando un alma vea y conozca la gravedad de sus pecados, cuando a los ojos de su alma se descubra todo el abismo de la miseria en la que ha caído, no se desespere, sino que se arroje con confianza en brazos de mi Misericordia, como un niño en brazos de su madre amadísima. Estas almas tienen prioridad en mi Corazón compasivo, ellas tienen preferencia en mi Misericordia. Proclama que ningún alma que ha invocado mi Misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión. Me complazco particularmente en el alma que confía en mi Bondad. Escribe: cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Padre y el alma agonizante no como el Juez justo sino como el Salvador misericordioso.

Habla al Mundo es un proyecto de formación y difusión de la Divina Misericordia.

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