Evangelio
Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al Niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al Niño para cumplir con El las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: “Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel”. Su padre y su Madre estaban admirados por lo que oían decir de El. Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la Madre: “Este Niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos”. San Lucas 2, 22-35
Ver video con reflexion del Evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
Reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff, co.
El Corazón Inmaculado de María Santísima estuvo atravesado de su Concepción Purísima
porque siempre supo que el Mesías venía ser Cordero Inmolado, al que amaba con todo su ser aún sin saber que Ella sería su Madre. El anuncio de Simeón nos enseña a nosotros que este tierno Infante nos ama porque viene a sufrir y morir para librarnos de la maldición del pecado. Adoremos agradecidos esta inmolación del pequeño Corderito que ha venido a hacerse sacrificar tan cruelmente.
Popósito del día
Ofrecer mi tiempo para ayudar en algo concreto de mi hogar o familia, como la Sagrada Familia.
Santos del día: Santo Tomás Becket, ob. y mártir
Londinense nacido en 1118; siendo canciller de Inglaterra, fue elegido obispo de Canterbury, por el rey Enrique II. Defendió los derechos de la Iglesia, a quien el rey quería dominar, por ello fue desterrado, y al regresar en 1170, el rey lo hizo asesinar en la catedral.
Liturgia del día
Día 5º dentro de la Octava de Navidad. Blanco / [SantoTomás Becket, obispo y mártir] (sólo conmemoración) Lecturas: 1 Jn 2, 3-11 / S.R. 95, 1-3.5b-6
Reflexión para las tres de la tarde
Una vez coronado de espinas, pusieron en la mano derecha de Jesús una caña para
que hiciese de cetro mientras se burlaban de El por parecerse a esa caña, quebradizo
y sin firmeza, vacío por dentro y sin sentido.
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