Evangelio
Los discípulos le dijeron a Jesús: “Por fin hablas claro y sin parábolas. Ahora conocemos que Tú lo sabes todo y no hace falta hacerte preguntas. Por eso creemos que Tú has salido de Dios”. Jesús les respondió: “¿Ahora creen? Se acerca la hora, y ya ha llegado, en que ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo. Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Les digo esto para que encuentren la paz en Mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: Yo he vencido al mundo.”
San Juan 16, 29-33
Audio con reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
Reflexión del evangelio Pbro. lic. Mauro Carlorosi, co.
“En el mundo tendrán que sufrir”, dice el Señor a todo aquel que se acerca como discípulo. Y pensar que hay quienes propagan un cristianismo explícitamente “Pare de sufrir”. Pero también un católico de manera implícita puede vivir este falso cristianismo que se opone al evangelio cuando se acerca a Dios sólo para pedir, sólo para obtener sensaciones, gustos, beneficios. Cuántos buscan motivación sólo psicológica. Pero a la hora de la cruz, de las virtudes, del amar hasta el dolor y perseverar en el claro oscuro de la fe y el testimonio fiel de Cristo… ¿dónde está el discípulo?
Propósito del día
Meditaré los pedidos maternales de la Virgen en Fátima
y procuraré cumplir por lo menos uno.
Santos del día: Nuestra Señora de Fátima
Hoy recordamos la primera de las apariciones de la Virgen María a tres niños en Fátima, Portugal, en 1917. La Virgen se apareció a los niños Francisco, Jacinta y Lucía, y les pidió plegarias, sacrificios y aceptación de los sufrimientos en reparación de los pecados. Una serie de hechos portentosos hizo del lugar uno de los puntos que atraen mayor número de
peregrinaciones del mundo entero.
Liturgia del día
Feria. Blanco/ Bienaventurada Virgen María de Fátima. Blanco.
Memoria libre/ Lecturas: Hch 19, 1-8/ Sal 67, 2-5ac.6-7ab
Reflexión para las tres de la tarde
Al ver la Virgen a su Hijo en pie, se retiró para esperar a solas el último abrazo. Jesús le dijo: “Madre, vengo a despedirme para lo que ya sabes. Tengo prisa, dame tu bendición y abrázame”. El Salvador, se enterneció y lloró de ver llorar a su Madre. Los dos se abrazaron en silencio.
Oración reparadora
Enseñada por el ángel en Fátima
¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo! ¡Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman! Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes con los que El es ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pecadores.
Consolemos su Inmaculado Corazón
Pedidos de la Virgen en Fátima
“Consolad a vuestro Dios.”
“Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes.”
“Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá a Dios.”
“Oren, oren mucho y hagan sacrificios por los pecadores. Son muchas almas las que van al Infierno porque no hay quien se sacrifique y ruegue por ellas.”
“Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que durante cinco meses en el primer sábado se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del Rosario con el fin de desagraviarme, les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación.”
“Cuando recéis el Rosario, decid después de cada misterio: ‘Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del Infierno, llevad todas las almas al Cielo, especialmente las más necesitadas’.”
“¡Hagan sacrificios por los pecadores y digan muchas veces, y especialmente cuando hagan un sacrificio: ‘Oh, Jesús, es por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María!’.”
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Jesús, en Vos confío
