Evangelio
Cuando Jesús se puso en camino, un hombre corrió hacia El y, arrodillándose, le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?”. Jesús le dijo: “¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es Bueno. Tú conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre”. El hombre le respondió: “Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud”. Jesús lo miró con amor y le dijo: “Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el Cielo. Después, ven y sígueme”. El, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes.
Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: “¡qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!”. Los discípulos se sorprendieron por estas palabras, pero Jesús continuó diciendo: “Hijos míos, ¡Qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios”. Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros: “Entonces, ¿quién podrá salvarse?” Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: “Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para El todo es posible”.
San Marcos 10, 17-27
Video con reflexión del evangelio Pbro. Germán Saksonoff co.
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Reflexión del evangelio Pbro. lic. Mauro Carlorosi, co.
Cuántos dejan de seguir a Cristo cuando El nos pide dar un paso más. Seamos laicos o consagrados, jóvenes o adultos.
Cuántos nos quedamos conformes con un supuesto bien, por ejemplo, al decir: “soy buena persona, no robo, no mato”, pero ni hablar de Misa, de confesarse, de penitencia. Otros dentro de la Iglesia sólo viven de la apariencia de creerse buenos porque “cumplen”, pero en las horas duras ni hablar de rezar. ¡Jesús no es tibio, sino ardiente! Y hace arder al que se acerca a El.
Propósito del día
Recordaré a tres personas que el 5, miércoles de Ceniza,
es día de ayuno y abstinencia de carne.
Santos del día: san Tiziano de Brescia, obispo
Vivió a finales del siglo V, e intentó reconstruir todo lo que habían destrozado los bárbaros. Murió en el año 526 y sus restos fueron sepultados en la iglesia de los santos Cosme y Damián, que él mismo hizo construir.
Liturgia del día
Feria. Verde.
Lecturas: Eclo 17, 24-26.29 / Sal 31, 1-2.5-7
Reflexión para las tres de la tarde
Jesús comenzó a lavar los pies a los apóstoles con sumo afecto, y cuando llegó el turno de Judas, otra vez le ofreció su misericordia, pero sufrió terriblemente al ver el desprecio de quien era su amigo.
Preparemos los corazones
Consideraciones sobre la Cuaresma
“La Cuaresma es un tiempo propicio para aprender a permanecer con María y Juan, el discípulo predilecto, junto a Aquél que en la Cruz consuma el sacrificio de su vida por toda la humanidad. La Cuaresma es el tiempo privilegiado de la peregrinación interior hacia Aquél que es la fuente de la Misericordia. Es una peregrinación en la que El mismo nos acompaña a través del desierto de nuestra pobreza.”
Papa Benedicto XVI
La Cuaresma es un tiempo de penitencia, por lo que es frecuente ofrecer al Señor un sacrificio, tanto para pedir la gracia de la conversión personal como para fortalecer la voluntad para poder cooperar con esa gracia. Ambos fines van juntos porque sin Dios no podemos hacer nada.
(Jn 15, 5).
El mejor sacrificio que podemos hacer es dejar de pecar. Las liturgias de los primeros días de Cuaresma apelan a este tema de la vanidad de la oración y la penitencia sin conversión moral. El examen de conciencia diario, la Confesión más asidua, así como la participación más frecuente en la Santa Misa y Santa Comunión son modos especialmente recomendables para prepararse para Pascua. Sería también aconsejable leer las Sagradas Escrituras, rezar la Coronilla de la Divina Misericordia y el santo Rosario, diariamente si es posible.
(cfr. ewtn.com).
Oración de abandono
Para no negarle nunca nada a Dios – De san Carlos de Foucauld
Padre mío, me abandono a Ti.
Haz de mí lo que quieras.
Lo que hagas de mí te lo agradezco,
estoy dispuesto a todo,
lo acepto todo.
Con tal que tu Voluntad se haga en mí
y en todas tus criaturas,
no deseo nada más, Dios mío.
Pongo mi vida en tus manos.
Te la doy, Dios mío,
con todo el amor de mi corazón,
porque te amo,
y porque para mí amarte es darme,
entregarme en tus manos sin medida,
con infinita confianza,
porque Tú eres mi Padre. Amén.
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Jesús, en Vos confío