Evangelio
Los fariseos le preguntaron cuándo llegará el Reino de Dios. El les respondió: “El Reino de Dios no viene ostensiblemente, y no se podrá decir: ‘Está aquí’ o ‘Está allí’. Porque el Reino de Dios está entre ustedes”. Jesús dijo después a sus discípulos: “Vendrá el tiempo en que ustedes desearán ver uno solo de los días del Hijo del hombre y no lo verán. Les dirán: ‘Está aquí’ o ‘Está allí’, pero no corran a buscarlo. Como el relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre cuando llegue su Día. Pero antes tendrá que sufrir mucho y será rechazado por esta generación”. San Lucas 17, 20-25
Audio con reflexión del evangelio p. Germán Saksonoff co.
Reflexión del Evangelio
Pbro. lic. Mauro Carlorosi, co.
El Señor empieza hablando del Reino de los Cielos y termina hablando de El. Justamente porque El es el Reino de los Cielos. Justamente porque El mismo dice: “el Reino de los Cielos está entre ustedes”. Nunca nos acostumbremos al hecho de que el Reino es una persona que cambia nuestra vida siempre para mejor. El Reino no es un gobierno humano pacífico, sino el Redentor que guía y ama en la verdad.
Propósito del día
Trataré con amabilidad a cada una de las personas con las que me encuentre.
Santos del día
Santa Margarita de Escocia
Era hija de Eduardo IV y de joven huyó de su país y en Escocia se casó con el rey Malcom III. Fue desde el trono un claro modelo de virtud, sobresaliendo en la caridad y amor a los pobres, siendo llamada “madre de los huérfanos”, y “tesorera de los pobres”. Murió enferma en 1093.
Liturgia del día
Feria. Verde/ Memoria libre (Blanco): Santa Margarita de Escocia; Santa Gertrudis, virgen.
Lecturas: Sab 7, 22—8, 1/ Sal 118, 89-91.130.135.175
Reflexión para las tres de la tarde
Apenas se ha levantado Jesús de su primera caída, cuando encuentra a su Madre Santísima, junto al camino por donde Él pasa. Esas miradas que se cruzan conjugan tristeza, angustia, paz, amor, esperanza y dolor a la vez.
Medianera de todas las gracias
De los escritos de los santos
“Ahora vengo a Ti, única Virgen y Madre de Dios; me pongo de rodillas ante Ti, único medio de la Encarnación de mi Dios. Me humillo frente a Ti, la única que es Madre de mi Señor; te ruego, única sierva de tu Hijo, que obtengas el perdón de mis pecados, que me hagas amar la gloria de tu virginidad, que me hagas conocer la abundancia de la dulzura de tu Hijo, que hagas que yo pueda hablar y defender la pureza de la fe en tu Hijo. Que me concedas que me adhiera a Dios y a Ti; que sea siervo de tu Hijo y también tuyo; que sirva a tu Señor y a Ti; a Él como Señor de todas las virtudes, y a Ti como Esclava del Señor de todas las cosas. A El como Dios, y a Ti como Madre de Dios; a Él como mi Redentor, y a Ti como medio de mi redención.” San Ildefonso de Toledo
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Jesús, en Vos confío
